Cuantas veces no hemos escuchado al Presidente Trump vociferar en contra de las minorías.
En estos días, el singular mandatario norteamericano, decidió atacar en sus discursos a cuatro legisladoras, no solamente por ser mujeres, lo cual ya es bastante discriminatorio, sino porque cada una pertenece a un grupo étnico diferente al de su señoría Trump.
Lamentablemente ese discurso de odio, que este mandamás utiliza cada vez que necesita de sus seguidores, tiene eco en sus simpatizantes y miles de voces se alzan para pedir que estas legisladoras se retiren de su cargo, esto se ha dejado ver por los fanáticos trumpistas en redes sociales y en eventos públicos.
Imagine el daño que puede hacer un líder nacional, cuando por un lado argumenta una cosa y sin embargo hace otra. Trump, asegura no ser racista ni misógino, pero por otro lado ataca frontalmente a cuanto adversario no está de acuerdo con sus políticas.
Para acabarla de amolar y encender más la furia de Donald, una de estas legisladoras, Itham Omar, es de origen musulmán y ha sido aclamada y respaldada por la gente que representa, Mineapolis, eso hace enfurecer a Trump.
EL molestarse con las personas, cuando no están de acuerdo con lo que uno hace, no es exclusivo de Trump. Aquí, El Presidente López Obrador hizo una de sus rabietas y monto en cólera cuando un grupo perteneciente al pueblo sabio, lo abordó en las afueras de un hotel en San Luis Potosí.
Con una furia digna de un superhéroe llamado Hulk, poco falto para que nuestro mandamás empezara a ponerse verde y repartiera porrazos a diestra y siniestra, seguramente al saber que el verde no es el color de su preferencia, contuvo su ira, pero no reparo en lanzar acusaciones al pueblo sabio, porque fíjese usted, a AMLO la sabiduría y los modales le vienen con los años y ahora pidió respeto para él y que lo dejarán descansar.
Ya olvido nuestro presidente sus días de eterno candidato, cuando vivía haciendo múltiples paros viales en el zócalo y desquiciando durante años la ciudad de México, sin importar a quien incomodaba, retrasaba o peor aún, sin importarle cuantos negocios quebraron gracias al paracaidismo que Don Andrés ejercía en esta zona.
Así de congruentes son estos dos personajes, que tienen en sus manos y en sus acciones el destino de la frontera, más concurrida y utilizada del mundo. A ver como nos va.