Ahorita son batallas, pero la guerra civil contra Donald Trump ya se anuncia en avalancha desde varios flancos en la democracia estadunidense. La principal es la de los medios de comunicación, amenazados por el presidente que no soporta la crítica. Caso insólito en un país donde sus mandatarios de otros tiempos han denunciado duramente la censura de medios en países como Cuba, Rusia o Venezuela. Ciudadanos de Estados Unidos que lucharon contra el Ku Klux Klan hoy despiertan porque el dinosaurio sigue allí…
Menudo paquete para los estadunidenses, en lo que nadie niega es el país más poderoso de la tierra. El mismo que Donald Trump quiere blindar hasta los dientes para que nadie se anteponga a sus intereses sin importar los derechos humanos de los migrantes o indocumentados. Amnistía Internacional ya levantó la voz contra una salvadoreña a la que se le niega servicio médico urgente. Del lado mexicano ya llevamos un muerto después de la tercera deportación. Y lo que siga…
¿Parece exageración? El mundo vive sorprendido con los tuits que Donald Trump envía hasta en sus días de descanso. Son declaraciones de guerra verbal que en cualquier momento podría provocar un conflicto bélico por problemas de comunicación, persistentes en su gobierno. ¡Vaya que hay problemas de comunicación hoy en el gobierno de Donald Trump! México lo está viviendo como ningún otro país de América Latina. Enviaremos al ejército/no enviaremos al ejército, fueron las ocho columnas de estos días…
Me queda la firme convicción de que México saldrá adelante. No somos ya aquel país bananero. A pesar de nuestra pobreza la nación está entre los 15 países que hacen la economía mundial. Eso cuenta. Pero también la sociedad civil en todas partes del universo. Crecimos civilmente. Trump quiere una guerra que nadie quiere. Menos los estadunidenses. Por eso su resistencia civil frente a la que lucharon en tiempos de guerra fría: las huestes más reaccionarias de su país hoy quieren despertar. La respuesta moral, cívica, es no…
“París ya no es París”, dijo Trump. “No es bueno rechazar a un país amigo”, respondió Hollande. Es hora de que México le diga a Estados Unidos que Centroamérica y el resto del continente americano es un bloque dispuesto a luchar por la democracia, los derechos humanos y la justicia con seguridad nacional. No estamos solos. Incluso en territorio de Trump hay millones de latinos dispuestos a mostrar su fuerza en resistencia civil amparada en los derechos humanos…
No pasarán.