El intenso activismo político de Felipe Calderón viene a ilustrar la exacerbada ausencia de escrúpulo para presentarse como si no hubiese hecho todo el desastre nacional, de entrada con una ilegitima asunción de la presidencia mediante un fraude electoral reconocido por muchos de sus aliados de entonces, a cambio del apoyo del PRI y otros aliados para consumar el fraude, se les concedió todo lo que pidieran.
Calderón no se podía parar en ningún lugar sin un ejército de hombres que resguardaban al hombrecillo que era señalado como un usurpador a lo largo y ancho del país, en la agenda nacional aparecía siempre el tema del fraude comicial, así que asumió que con el tema de la guerra al crimen organizado podría conquistar cierto adepto popular, pero fue demasiado el costo, esa guerra encarnizada que dejo miles de centenares de muertos y desaparecidos.
Hoy se sabe que hubo toda una simulación, el gobierno de Calderón estaba vinculado al crimen organizado mediante el secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna quien actualmente está siendo procesado en una Corte de Nueva York USA con cargos de vínculos con el crimen organizado y narcotráfico.
Fue una auténtica guerra, fue el sexenio de las matanzas, de las violaciones permanentes a los derechos humanos; con toda impunidad retenes y convoyes de maleantes transitando, levantado, secuestrando y matando personas, el Estado ausente en la protección pero presente del lado del crimen, el estrago económico hay que recordarlo, se cerraron empresas, el crimen organizado cobraba cuotas a empresas y comercios de todos tamaños, miles de familias fueron despojadas de sus negocios que durante generaciones y con mucho esfuerzo se construyó, había saqueos, secuestros, extorciones todo con la absoluta impunidad y ausencia del Estado, la ciudadanía expuesta sin protección a la voluntad de criminales.
Mientras esto sucedía, otro se volvían millonarios, Calderón se comprometió con sus principales aliados priistas a entregar el poder seis años después, con un pacto de impunidad, hubo pérdidas millonarias para el gobierno por perdonar miles de millones a empresas que en correspondencia al apoyo que recibió el candidato del PAN por aquella famosa campaña de 2006 contra Andrés Manuel “peligro para México”; había una soltura a gobiernos priistas, a empresarios grandes negocios y a la prensa y periodistas grandes flujos de dinero, todo esto se desdobló con Peña Nieto.
Hay una larga lista de despojos demostrados en el sexenio de Calderón, el inmenso saqueo a la nación, la corrupción, las heridas en familias de víctimas que aún no han sanado por tantos muertos y desaparecidos agregando al dolor de la perdida, la frustración de la impotencia de no poder hacer más porque el gobierno estaba involucrado con el crimen organizado.
Calderón regresa a la vida pública para tener un activismo político, con la desfachatez como si no hubiese hecho todo ese daño, como si tuviera calidad moral, apostándole a la desmemoria ciudadana de la atrocidad de su gobierno espurio.