Los medios tradicionales de comunicación están en crisis, es decir, los medios corporativos como Televisa y TV Azteca sufren una severa sacudida de audiencias. Encontramos muchas señales de descomposición que llevarán a los medios corporativos a reexaminar, tarde o temprano, sus proyectos de negocio.
Los grandes consorcios televisivos mexicanos enfrentan un triple riesgo: 1. Sufren una pérdida de credibilidad, la severa crisis financiera es fruto del quebranto. 2. Afrontan el deslizamiento de la audiencia hacia las nuevas plataformas digitales; miles de redes sociales informan, debaten y entretienen a las nuevas generaciones. 3. Las televisoras están obligadas a repensar su modelo de negocio bajo el riego de perder viabilidad.
Las nuevas plataformas digitales obligan a repensar la lógica y las nuevas reglas mediáticas. Hay un punto de quiebre: los jóvenes ya no ven la televisión ni leen los periódicos. Los hábitos culturales y el acceso a la información están cambiando radicalmente.
Estadísticas de Nielsen, Investigación de Mercados INRA, HR Ratings y el último reporte del Instituto Reuters y la Universidad de Oxford reportaron que tanto Televisa como TV Azteca han agravado su crisis de contenido y credibilidad entre las audiencias.
Los medios públicos, que no responden a la lógica lucrativa de los medios tradicionales, deben coadyuvar para construir y ejercer ciudadanía; palpar con delicadeza en nuestra memoria colectiva y fortalecer nuestra identidad. Deben contribuir con pluralidad al desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y la procuración de justicia. Atender con dignidad los sectores más vulnerables como los indígenas, los ancianos, discapacitados, cuidar el medio ambiente y proteger la diversidad. Deben reconocer el buen gobierno bajo el respeto a los derechos humanos y, ante todo, la libertad.
Los medios públicos cobran fuerza potencial y alcance, pueden ser enormes y al final podrán competir contra las televisoras comerciales de los más poderosos medios privados de radio y televisión. Se requiere de proyectos conjuntos y objetivos comunes. ¿Quiere decir que los medios públicos serán ahora aparato ideológico de Estado a favor de la 4T? Lo veo difícil. La propia presidenta Claudia Sheinbaum descartó en una mañanera que los medios públicos fueran del gobierno, son del Estado, son públicos, dijo.
En términos noticiosos y culturales los medios públicos tienen ahora una oportunidad extraordinaria para hacerse sentir ante las audiencias con productos de calidad y de servicio. Construir visiones plurales de la realidad que fortalezcan la democracia y la convivencia.
Los medios públicos están ante una enorme oportunidad.