Negocios

Cuidado con querer vender espejitos a Sudamérica

Hay de retóricas a retóricas. Por un lado, llevamos más de un año entre el pasmo, el enojo y la incredulidad por los dichos de Donald Trump en varios temas, sobre todo en la relación comercial, con énfasis en la industria automotriz.

En una entrevista con Fox News a fines de 2005, Trump dijo que “un amigo” en la industria le contó que “tenía que ver las maravillas que suceden” en este sector: “cada año llegan nuevas inversiones, todas las automotrices montan, expanden y anuncian nuevas plantas y en autopartes, ya tenemos la mayor base del mundo, con miles y miles de empleos”. Al preguntar a su amigo que en qué estado se daba esa bonanza, le respondió: “Ah, no, yo me refiero a México”. Eso detonó su cambio de narrativa tan agresiva.

Y en lo que son peras o son manzanas, las tres grandes de Detroit (Ford, GM o Chrysler Fiat) anuncian por un lado cancelaciones de proyectos en nuestro país mientras siguen con expansiones en sus plantas.

Entretanto, en la Secretaría de Economía y de Agricultura quieren demostrar que tienen fichas fuertes para jugar en caso de que las cosas se pongan difíciles si hay que renegociar el Tlcan.

México, vía el subsecretario de Comercio Exterior de la SE, Juan Carlos Baker, buscaría eliminar tarifas a algunas exportaciones agrícolas argentinas y brasileñas. A cambio, “solamente” pide que se permita mayor entrada de productos automotrices.

Como afirma la consultora Stratford, México buscaría meter presión en las negociaciones del Tlcan al persuadir al lobby de la agricultura de EU que no afecten los intereses del poderoso sector del maíz, los cereales, la carne y la leche que tienen de este lado del muro a su mejor cliente. Somos el principal importador de estos productos y estados como Iowa o Idaho son los más expuestos a nuestras compras.

Pero no olviden que Sudamérica tiene su propia versión de proteccionismo y aunque la baja en el consumo de materias primas de China los ha llevado a buscar nuevos mercados, no será fácil que quieran hacer concesiones de commodities (granos, carne) por sectores más sofisticados y con alto valor agregado como el automotriz.

Como dice Stratford, querer vender más vehículos mexicanos allá “es más fácil decir que hacer”, pues esos países recurren a tarifas altas y cupos a fin de proteger sus industrias.

A favor de la intención mexicana es que los agroindustriales sudamericanos son muy combativos y buscarán resarcirse luego de varios años de baja en las compras chinas.

Si México negocia bien, le meterá un buen calambre al equipo comercial de Trump y podría sellar un acuerdo positivo con Argentina y Brasil.

Pero alguien tendrá que ceder y está por verse si son los ensambladores sudamericanos.

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Bárbara Anderson
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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