Un oficio muy mencionado, muy de actualidad: analista político; no son pocos, hombres y mujeres, a quienes presentan como tales, y hay los que se refieren a sí mismos como analistas políticos. Sin presumir de rigor, parece que en la categoría caben quienes estudiaron ciencia política, internacionalistas, economistas, personas que desde la ciencia de la comunicación y del periodismo devinieron analistas políticos, así como los meros habituales de los corrillos de la politiquería, testigos de la historia cotidiana cuyas evanescencias se tejen y destejen en los medios y en los cafés; también hay analistas políticos a sueldo de gobernantes o de poderosos en la sombra, la idea es que sus observaciones induzcan conclusiones en quien los siga. Esta pluralidad de sujetos que indagan y publican la realidad en el modo análisis político consigue escudriñamientos de la actualidad a la medida de la narración política que cada cual construimos o en la que vamos siendo construidos.
Para ilustrar un tanto, tomemos un extracto de una nota de Milenio, del miércoles 8 de agosto, sobre el primer Foro Escucha para la Pacificación, en Ciudad Juárez: «Mientras tanto, y ante los gritos y las exigencias de los familiares de personas desaparecidas, de que no se limite en discursos y promesas el combate a la violencia y a la inseguridad, Andrés Manuel López Obrador prometió cumplir con lo ofrecido. “Cuando les digo que voy a cumplir es que voy a cumplir”, afirmó el virtual presidente electo durante su intervención, en la que pidió a los familiares de víctimas “tener una nueva actitud” para “estar dispuestos a perdonar” y lograr la paz en el país.» Qué barbaridad, piensa cualquiera, cómo se atreve a pedir a familiares de desaparecidos que tengan una nueva actitud; es tan chocante, que se impone escribir un examen al respecto y de una vez cancelar el destino patrio.
Pero es aconsejable pausar el enojo; nomás hasta sustentarlo mejor. Merced a Internet tenemos acceso a las grabaciones de muchos sucedidos y también, en este caso, merced a aristeguinoticias.com. En el momento en que López Obrador enfatiza que cumplirá porque dijo que cumpliría, han pasado una hora y 24 minutos del acto en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y lo hace luego de escuchar a alguien del público, a quien en la grabación no se oye. Cinco minutos y varias ideas después refrenda, se refiere a su impensable triunfo y al país entero, no a los familiares de las víctimas: «Estamos inaugurando una etapa nueva. Tengamos una nueva actitud». En la nota vemos declaraciones literales del Electo, salpicadas con enlaces hacia otras citas, obra de los reporteros, sólo que éstas no van en el orden cronológico que Andrés Manuel les dio en su argumento, y esto no es un dato despreciable para el periodismo, tampoco para hacer análisis político (mucho de éste se soporta en trabajo periodístico). Con todo y las citas textuales, es posible no dar cuenta estricta de lo que pasó y en cambio armar una crónica que pase un mensaje político y cierta imagen del declarante.
López Obrador mencionó otros dos asuntos, ricos para el análisis (de la clase que sea). En relación a la seguridad: “No voy a delegar este asunto a ningún funcionario”, y avisó que tendrá reuniones todos los días para tratar el tema, a las seis de la mañana, y que asimismo sucederá en los estados: un encuentro cotidiano entre los responsables del orden federal y los estatales; ojo, no mencionó a los autoerigidos en súper delegados. Otro fue que a partir del 1° de enero siguiente, en una franja fronteriza del norte que medirá 30 km de ancho, el IVA será de 8%, el ISR de 20%, el salario mínimo pagará el doble y las gasolinas, diesel, gas y electricidad valdrán lo mismo que “del otro lado de la frontera”; para analizar: en ese primer Foro notificó decisiones de gobierno consecuentes con su noción de que la inseguridad tiene raíces en las malas condiciones económicas de la mayoría.
[email protected]
