Quien piense que el PRI no se mueve, no actúa y que seguirá muy quietecito después de su derrota electoral en julio del 2013, se equivoca. Como las cucarachas, que son capaces de sobrevivir hasta a un ataque atómico, los priistas siguen vivitos y coleando. Simulan institucionalidad y respeto, por un lado, y por el otro, se dedican a golpear políticamente mediante sus propios grupos de presión.
Esto no es nuevo, forma parte de su manual de procedimientos sucios cuando son oposición. Provocar, infiltrar, cooptar, comprar, manipular y controlar los movimientos sociales, son algunos de sus objetivos.
Los priistas desde ahora buscan golpear al gobernador Rafael Moreno Valle, de manera indirecta, con una estrategia política y mediática desde los llamados movimientos reivindicativos y de protesta, con la finalidad de denunciar su autoritarismo y sus pretensiones de una precandidatura presidencial.
Es obvio: buscan debilitarlo, “quemarlo” y “reventarlo”, sobre todo ante la falta de oficio político y prudencia de varios de sus funcionarios gubernamentales, que han cometido errores en algunos asuntos de carácter social.
Otros miembros del tricolor, por su parte, pactan, negocian y reciben buenas canonjías del poder en turno; así es y funciona este partido. Lo cierto es que todos se preparan para el 2015 y para lo que viene.
A nombre de los movimientos sociales, en Puebla siempre vemos aparecer a auténticos “pillos políticos”, con un lenguaje de “izquierda” y disfrazados de opositores. Son demagogos profesionales, que disimulan bien y se presentan como los “grandes” líderes sociales y morales.
Siempre están atentos de cualquier protesta social o política, conocen las coyunturas electorales, son expertos en declarar, en inventar membretes y en subsidiar conferencias de prensa. En este flanco es donde se mueven con toda facilidad para provocar, azuzar y boicotear.
Marco Mazatle Rojas, junto con sus ayudantes Ricardo Jiménez y Alberto Hernández, es uno de ellos; desde tiempo atrás, actúa como uno de los muchos mensajeros de las provocaciones del priismo local. Y es que a pesar de que algunos no quieren verlo así, los agravios de las derrotas electorales en el PRI no las han olvidado y su ambición por regresar al poder local sigue vigente.
Las provocaciones y la guerra política del PRI están y estarán presentes con estos oscuros personajes. De aquí al final del sexenio, los pocos movimientos sociales que existen serán utilizados como punta de lanza para un enfrentamiento por la lucha del poder entre PRI y el gobierno.
Es un hecho: el 2014 pinta como un año eminentemente político. Puebla será un laboratorio de disputas partidarias que causarán por necesidad muchos reacomodos.
Y con una sociedad ausente y un futuro que nadie alcanza a adivinar, salvo el que nos venden oficialmente de que pronto seremos un país y un estado en el paraíso.
Laboratorio de Oportunistas
- Garganta Profunda
-
-
Arturo Luna Silva
Puebla /