Una de las piezas emblemáticas en la pinacoteca del Museo Regional de Guadalajara es el tríptico que representa a la “La Anunciación” y “El Nacimiento de Jesucristo”, está conformado por tres piezas pintadas por ambos lados, sus dimensiones no son impedimento para reconocer a un habilidoso colorista y dibujante. En las puertas el autor pintó la escena de la anunciación, el arcángel Gabriel y la Virgen María vestidos de blanco y con signos elementales, las azucenas, el Espíritu Santo y el libro de las profecías que sostiene la Virgen con una de sus manos.
Al abrirse del lado izquierdo se encuentra a San Andrés con la Cruz de su martirio, en la tabla del centro está representado el nacimiento de Jesucristo, en primer plano la Virgeny el niño sobre su manto, a un lado san José; en un segundo plano unos niños arrodillados y dos personajes que se asoman por la ventana; en la parte superior, en un tercer plano apenas perceptible, se aprecia el anuncio del ángel a los pastores. El panel del extremo derecho ilustra una Santa Ana trinitaria o terrenal.
La escenas de la virgen María en la Vida de Cristo son narradas por La Leyenda dorada, los evangelios apócrifos y los evangelistas, con diferencias entre una y otra fuente; una escena clave es La anunciación. Hay que observar el lugar en el que se representa la escena. El protoevangelio de Santiago, cuenta que un àngel se apareció a la Virgen cuando estaba en la fuente, y que ella al volver a casa se puso a hilar y cuando estaba en su alcoba de nuevo volvió el ángel. Para los evangelistas Lucas y Juan, la Virgen es presentada leyendo un libro; un elemento importante es el misterio de la Encarnación que se representa con el Espíritu santo arropado por una poderosa luz solar.
El episodio del nacimiento de Cristo también tiene como sus principales fuentes a la obra de Santiago de la Voragine y los evangelistas, la diferencia de la escuela flamenca con la Italiana o la Española, es referente a la presentación del niño; italianos y españoles lo pintan en un pesebre y la mayoría de los pintores flamencos presentan a la Virgen sosteniendo al niño o sobre su manto, como se aprecia en este tríptico elaborado por Bouts uno de los maestros pintores de Lovaina y conocido en las demás ciudades de Flandes.
Las imágenes del interior nos revelan algunas características de la pintura flamenca de este géneroíntimo; tienen como fondo paisajes arquitectónicos y el programa iconográfico está muy acorde con el gusto del donante, ¿Qué hace San Andrés en el lugar que ocuparía San Joaquín?, también se aprecia su cuidadosos dibujo, sus colores matizados y expresiones frías en los rostros así como un gusto por el detalle. Por otra parte otra característica es la representación de la santísima Trinidad terrestre, la Virgen niña, aparece en el brazo de Santa Ana sosteniendo al niño Jesús, cuya talla se ha reducido considerablemente para conseguir la composición trinitaria.
Esta pieza devocional es una auténtica tabla de Flandes, pintada para un oratorio privado, probablemente el marco se le puso después, fue adquirida por el patronato de la academia de San Carlos para que sirviera de ejemplo a los alumnos, en 1918 paso a formar parte del conjunto pictórico fundador del actual Museo regional de Guadalajara, se exhibe en el coro de la capilla.