Hace 27 años, Luis Donaldo Colosio Murrieta vestía, con el sol sobre su rostro, un traje obscuro una corbata de rombos y la convicción de que sus palabras eran las correctas y les hablaba a sus correligionarios frente al Monumento a la Revolución. Se celebraban los 65 años de la fundación del PRI y ese momento comprendía el momento más importante de su campaña por la Presidencia de la República.
El discurso de Colosio del 6 de marzo de 1994 reconoció la labor del PRI en la construcción de las instituciones del país, pero también admitió las constantes y graves prácticas de concentración de poder, corrupción e impunidad de su partido.
El discurso iba dirigido a los priistas, pero les habló a los mexicanos. El mensaje significaba el relanzamiento de su campaña presidencial.
"Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla, de mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales".
"¡Es la hora de cerrarle el paso al influyentismo, a la corrupción y a la impunidad! Es la hora de la Nación".
Hay discursos que cambian la historia, eso era lo que Colosio y su equipo buscaban para el aniversario priista era necesario sacudir las estructuras de poder. Hubo muestras de asombro, algunos levantaron las cejas; pero entre la base de la militancia, entre los mexicanos en general, nacía una sensación de esperanza y buen ánimo.
Diecisiete días después, el caos, las balas, Lomas Taurinas y Mario Aburto, 27 años de este magnicidio. Y si, este discurso marcó su final y un cambio en el rumbo del país.
Sin duda, Colosio se convirtió en un mito a partir de su discurso y como todos los mitos, se magnificó a la persona.
A partir de su muerte, Luis Donaldo Colosio es uno de los pocos políticos que gozan de buen recuerdo en la historia contemporánea de México. Su pensamiento transformador, carisma y liderazgo, convirtieron al sonorense en un ícono dentro de la política nacional. El México que Colosio veía, se convirtió en la esperanza de muchos; y su muerte lo inmortalizó como el hombre reformista que hubiera podido cambiar el país. Sigue vigente la idea de que fue víctima de su propio partido, el PRI.
A pesar de que actualmente nuestro país atraviesa por profundos cambios, lo único cierto es que la imagen de Colosio sigue viva en la mente de muchos mexicanos.
Arturo Argente
Tec de Monterrey, Campus Toluca.