Política

Las tres etapas

Todo ejercicio de poder público, privado o social tiene tres etapas: el antes, el durante y el después. Quien quiera ejercer poder debe entenderlas, so pena de confundirlas. Sin una comprensión clara de cada una, el riesgo de fracasar es considerable.

Hay quienes tienen una capacidad natural e intuitiva para comprenderlas y actuar en consecuencia. Hay quienes, al contrario, siendo personas perfectamente capaces, no saben manejarlas. Es el famoso "timing" o manejo de los tiempos. El éxito en cualquier posición de poder depende en gran medida de saber cuándo y cómo actuar en cada etapa.

El antes se reduce a una palabra: esperanza. Siempre que algo va a iniciar, lo que se permea y se debe transmitir es la esperanza de algo mejor. Por eso las campañas políticas lo que fundamentalmente buscan ganar es la esperanza de los votantes, así como esperanza es lo que generan las reuniones de inversionistas para elegir un nuevo presidente de empresa o la creación de un nuevo negocio. Esta esperanza no sólo moviliza a las masas o a los equipos, sino que también establece las expectativas que se deberán cumplir en la siguiente etapa.

El durante se reduce a otra palabra: atención. Cada grupo, cada cliente, cada persona requiere atención a sus problemas específicos. Quien puede transmitir que atiende eficientemente las necesidades de aquellos a quienes les generó esperanza, tiene éxito. La atención es la clave para mantener el compromiso y la confianza de aquellos que depositaron su esperanza en el liderazgo. Fallar en esta etapa puede desmoronar rápidamente lo que se construyó en el antes.

El después se sintetiza más bien en una frase: control de daños. Todo ejercicio de poder desgasta. Sin importar si fue bueno o malo, dicho ejercicio siempre será desprestigiado por los sucesores y por los adversarios. La atención no debe estar en reivindicar lo sucedido, como quieren hacerlo muchos, sino en evitar que te dañen. Luego el tiempo se encarga de lo demás. Esta última fase es la más desafiante, porque el ejercicio del poder inevitablemente conlleva desgaste y es una etapa que se tiene que vivir, además, sin poder. Sin embargo, el control de daños adecuado es lo único que permite que un liderazgo sea recordado con respeto.

Comprender esta gestión de los momentos y sus necesidades se vuelve fundamental para planear y ejercer cargos de poder en cualquier ámbito. Ejemplos de mal manejo de estas etapas abundan: el ex presidente Uribe en Colombia queriendo vender esperanza cuando debió estar haciendo control de daños; Hillary Clinton dando soluciones cuando debió haber vendido esperanza; o millones de gobernantes alrededor del mundo que, siendo gobierno, deciden seguir en modo campaña. Y hasta aquí la reflexión temporal de tu Sala de Consejo semanal.


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Arnulfo Valdivia Machuca
  • Arnulfo Valdivia Machuca
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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