Política

Báltico

Báltico era un caballo maduro y bien corrido, pero por lo mismo con la experiencia y la aparente fuerza para ganar el derby mayor. Entonces no era claro quiénes serían los contrincantes, así que se hizo una encuesta entre los grandes apostadores. Si Bático se enfrentara a cinco caballos, cuyos nombres no se especificaban, ¿quién sería el ganador? “Báltico”, fue la respuesta unánime. Los demás eran caballos conocidos, pero al no saber si correrían, los encuestados dieron por hecho que Báltico vencería.

Los dueños de Báltico se sintieron entonces invencibles. La sospecha del triunfo se convirtió en certeza. Todo empezó a convertirse así en una preparación para la victoria. Apostaron cuantiosos recursos, porque Báltico seguramente ganaría. Empezaron a comprar equipo costosísimo, para vestir al claro ganador. Contrataron a un jockey bastante desprestigiado, pero conocido, porque el caballo bastaría para ganar. Empezaron a comprar casas y yates, adelantándose a las jugosas ganancias que el seguro triunfo les dejaría. Al ver a los dueños de otros caballos, se burlaban y los humillaban, pues Báltico ganaría. Toda la vida empezó a girar alrededor del anunciado triunfo .

Los aficionados a las carreras empezaron a reaccionar en consecuencia. Al preguntarles quién ganaría el gran derby, la respuesta era automática: “Báltico”. Todos querían ser amigos de los dueños de Báltico, el seguro ganador. Sus propietarios empezaron a organizar fiestas donde recaudaban miles de pesos, que les permitirían apostar aún más en favor de Báltico y ofrecer así jugosas ganancias a los inversionistas en el proyecto. Todo era dicha.

Llegó el día del gran derby. Inició la carrera. Ya para entonces se conocían los contrincantes y aunque había uno o dos fuertes, la convicción era que Báltico vencería con enorme facilidad. La primera vuelta fue desastrosa para el vitoreado caballo: si bien iba a la cabeza, un caballo desconocido le seguía y su velocidad e ímpetu eran notables. Siguieron corriendo y en la última vuelta sucedió lo impensable: a pocos metros de la meta, el caballo desconocido rebasó a Báltico, para al final vencerlo. Todo se vino abajo en la cuadra de Báltico. Confiados en la mala información, se habían preparado para ganar, pero no para competir.

Cuando decenas de encuestas se levantan sin rigor metodológico, mencionando a un contrincante por nombre y a los demás como posibilidades, siempre ganará el nombre. Asumir una victoria antes de la competencia y tomar decisiones a partir de ello, es vivir de la fantasía. Minimizar a rivales aparentemente débiles es ahogarse en la arrogancia y perderse.

Un candidato presidencial en Colombia, Gustavo Petro, me recuerda mucho a Báltico. Aún no llega la vuelta final, pero la primera fue desastrosa y el caballo desconocido ya lo rebasó. A ver qué pasa. Es el cuento electoral de tu Sala de Consejo Semanal.

Arnulfo Valdivia

@arnulfovaldivia


Google news logo
Síguenos en
Arnulfo Valdivia Machuca
  • Arnulfo Valdivia Machuca
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.