Hugo Gernsback fue un escritor pionero en la ciencia ficción. Sus aportaciones al género son de tal importancia que comparte su paternidad junto con Verne y Wells, por lo que ocupa un lugar en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción. En su honor, durante las convenciones mundiales de ciencia ficción se entrega el premio “Hugo”.
En 1966 durante la vigésimo cuarta Convención, se otorgó este premio a la trilogía de las Fundaciones de Isaac Asimov.
En un ir y venir de galaxias, mundos y pueblos, que nos llevan a imaginar mundos futuros, posibles e imposibles, encuentro un rasgo que caracterizaba a las civilizaciones menos avanzadas; su fuente de energía.
Vemos en algunas de sus costumbres signos de retroceso y barbarie, hasta incomprensibles.Hardin sonríe amablemente, tira su cigarro y mira a la galaxia mientras murmura: -Han vuelto al petróleo y al carbón, ¿verdad?, guardando el resto de sus pensamientos para sí.
Luego Leopold, joven rey de Anacreonte escucha de su tío el recuerdo de cuando sus ciudades se calentaban con carbón y petróleo ardiendo. Luego su tío añadiría: “pero eso poco importa; no podrías comprenderlo.
”Al conocer la noticia del acuerdo de la COP21 en relación a la disminución de emisiones y al acuerdo para reducir el uso de combustibles fósiles no pude dejar de pensar en que la humanidad ha dado un salto al futuro. Si la novela de Asimov compara el volver a los combustibles fósiles como un retroceso, la búsqueda de fuentes renovables es sin duda un avance.
Nuestra era se caracteriza por cimentar el desarrollo en un consumo inmenso de energía. Lo relevante no es si ocupamos o no esa energía. Lo importante es saber de dónde la obtendremos.
El acuerdo mundial para reducir las emisiones es un buen paso. La tecnología ya existe, deberíamos crecer la escala de su uso para que sea rentable. Debemos también establecer un buen plan para sustituir esas fuentes fósiles por energía renovable, millones de empleos lo demandan.
Damos así los primeros pasos para intentar detener y revertir el cambio climático.En su obra “La Tierra Explota” Sartori dice que ya es muy tarde.
Que el calentamiento global y la sobrepoblación están en un punto de no retorno.
Quiero pensar que no es así y que más bien, esto es solo el inicio hacia un futuro con un mundo sustentable en la realidad basado en la ciencia y no una ficción.