Hace algunos días tuve la oportunidad de viajar a Argentina. Fue una sorpresa ver la adopción y los altos niveles de uso que tienen las billeteras digitales. Casi cualquier negocio acepta pagos a través de estas plataformas, en tanto que es común ver a las personas realizar transacciones sin contacto desde su dispositivo móvil, ya sea usando tarjetas digitales o códigos QR.
De acuerdo con un estudio que recientemente encargamos a la consultora Offerwise, seis de cada 10 usuarios argentinos de internet utilizan frecuentemente las billeteras digitales como método de pago. Revisando más a fondo, pude constatar que fue la pandemia el factor que aceleró su uso. Por otra parte, datos de Accenture compartidos a medios de ese país señalan que a finales de 2021 los pagos sin contacto aumentaron 150 por ciento desde 2019.
La necesidad impulsada por la contingencia sanitaria y la practicidad de este método de transacción hoy posicionan a ese país como un caso de éxito entre la industria.
En México, la oportunidad que tenemos las empresas de tecnología y el ecosistema financiero es amplia. En comparación con Argentina, en el país 24 por ciento de los usuarios de internet reportan usar frecuentemente billeteras digitales cómo método de pago.
¿Qué podemos hacer para amplificar su uso y con ello la digitalización de la economía como sucede en el país sudamericano? El Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) destaca que brindarles a las personas herramientas financieras que sean útiles en su día a día, posibilitará que se abran a emplear otros servicios bancarios creando un efecto dominó.
Bajo nuestra perspectiva, un primer paso para lograrlo es colaborar con la mayor cantidad de socios financieros para permitir que sus clientes puedan añadir sus tarjetas y tengan la capacidad de realizar pagos desde nuestra billetera. Segundo, trabajar conjuntamente con organizaciones, que no necesariamente son del sector financiero como cines, aerolíneas o compañías de espectáculos, para digitalizar sus entradas y permitirles a las personas hacer más con la wallet.
Y un tercer paso, que recientemente nos dimos cuenta que puede generar un gran impacto en el uso y confianza de las personas, es que ellas mismas puedan digitalizar pases, boletos o tarjetas de puntos que contengan un código de barras o QR y usarlo desde su celular. Así, por ejemplo, las tarjetas de acceso al gimnasio o bien, tarjetas de lealtad pueden estar accesibles desde su celular.
Todavía hay mucho por hacer y nuevos casos por explorar. Por ejemplo la capacidad de sumar tarjetas de transporte público. En países como Japón, JR East –compañía ferroviaria– ha creado uno de los productos de pagos sin contacto más populares en la región, al convertir su tarjeta de tránsito, Suica, en dinero electrónico ampliamente aceptado. Esta tarjeta puede añadirse a las billeteras y utilizarse desde el teléfono para acceder a las líneas de tren, pagar en máquinas expendedoras y en algunos comercios también es aceptada como medio de pago.
Si logramos hacer que estas plataformas se conviertan en soluciones de alta conveniencia, que garanticen la seguridad y privacidad de las personas podremos materializar su impacto en la digitalización económica.