Cultura

Problemista

  • La pantalla del siglo
  • Problemista
  • Annemarie Meier

Hablar de nuevas tendencias en el cine obliga a echar un vistazo al pasado. ¿Será, por ejemplo, realmente nueva la perspectiva subjetiva con la que un realizador comparte una historia con el espectador? Ya casi es un lugar común comentar que el video y la tecnología digital han impulsado las narrativas subjetivas y que la pandemia del Covid ha reforzado y hecho crecer la necesidad de hacer un cine en primera persona. Quizás así sea pero la necesidad y el placer de mostrarse y hablar de experiencias propias ha existido desde las vistas silentes de los hermanos Lumière a finales del siglo diecinueve, ha desarrollado narrativas y estilos de comediantes como Charles Chaplin, quien inventaba, actuaba, dirigía y musicalizaba sus películas. A lo largo de la historia del cine han existido realizadores que buscaban la complicidad del espectador a través de hablar de si mismo. Ahí están las vanguardias como el surrealismo, los movimientos del cine documental y gran parte del cine realizado por mujeres. Hoy, las películas con perspectiva subjetiva, escritas, actuadas y dirigidas por un realizador o realizadora solitaria, llenan las redes sociales. Y algunas pocas, producidas y distribuidas de manera profesional, llegan a las salas de cine y se quedarán un buen tiempo en las plataformas de streaming. Dos ejemplos sobresalientes son Música (2024) de Rudy Mancuso y Problemista (2023) de Julio Torres, que se acaba de estrenar en México.

Música y Problemista son filmes estadounidenses que tienen mucho en común:

Narran historias de personajes de ascendencia latinoamericana y están basadas en experiencias propias del director. Ambas son creadas por personajes populares de la televisión y las redes sociales y, como opera prima, son realizadas para las salas de cine. También como tema y narración tienen algo en común ya que arman con libertad y humor las historias de jóvenes migrantes que buscan su camino en la sociedad de competencia estadounidense, y - como pequeño guiño a las madres latinas – tienen una dependencia muy estrecha con sus madres, una brasileña y la otra salvadoreña.

El protagonista de Problemista, el joven salvadoreño Alejandro (Julio Torres), vive en Nueva York como estudiante y sueña con convertirse en un exitoso diseñador de juguetes. Le urge encontrar trabajo formal ya que su visa está por vencer y lo deportarán si no puede probar su legal estancia en el país. El joven es creativo, servicial y camina con pasitos como si saltara sobre el piso. Y si, vive un poco en las nubes y su torpeza lo hace tropezar con el menor obstáculo. Desde San Salvador su madre lo apoya con frecuentes llamadas telefónicas y en Nueva York la excéntrica crítica de arte Elizabeth (Tilda Swinton), viuda de un artista que se hizo congelar para despertar en un futuro donde su enfermedad puede ser curada, le pide apoyo para organizar una exposición. Pero las múltiples actividades no son trabajo fijo y la vida de Alejandro se desliza de experiencia en experiencia y de sueño en sueño. El futuro parece esfumarse y acercarlo cada vez más al infierno de una deportación.

De manera literal y con distintos estilos, técnicas y humor, Problemista observa las experiencias y tribulaciones de Alejandro. Por falta de dinero tiene que subarrendar su estrecho cuarto mientras que en el sótano de la oficina de migración, cientos de relojes de arena - uno con su nombre - muestran el estatus migratorio de los inmigrantes. Los paralelos entre las vivencias del personaje de Alejandro y el actor y creador del filme Julio Torres, son tan visibles como las de su madre pintora en San Salvador que considera a su hijo su mejor pintura. También la excéntrica Elizabeth está obsesionada con la pintura: La exposición de las pinturas de su esposo congelado - inmensos huevos en distintos entornos - se ha convertido en el objetivo de su vida.

Como opera prima de Julio Torres, el filme retoma mucho de su tono y humor surreal y nostálgico de los guiones y escenas cómicas que creó para series como Saturrday Night Live y Los Espookys. Tener a su lado a Tilda Swinton como excéntrica e histérica Elisabeth y la voz de Isabella Rossellini como narradora, son lujos que enriquecen el filme. Junto a la madre que adora a su hijo, Elizabeth y la voz de Rossellini son cómplices de las creativas invenciones y ocurrencias de Julio Torres, cuyo Problemista trasgrede las convenciones narrativas del cine para ofrecer un relato que toca el corazón, hace sonreír y extraña por la irreverencia de sus ocurrencias.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.