La migración tiene muchas caras y el cine mexicano las ha captado de muchas y diversas maneras. En ficciones recientes como **600 millas (Gabriel Ripstein, 2015), **La jaula de oro (Diego Quemada-Díez 2013), **Los lobos (Samuel Kishi, 2019) y **Bardo (Alejandro G. Iñarritú, 2022) conocimos historias de personajes que transitan hacia o a través de la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, tanto la física como la interior y la cultural. Cortometrajes como **Lindo y querido (Patricia Riggen, 2010), **La frontera (Paul Gómez, 2008), **La patrona (Lizette Argüelles 2009) y **Carne y arena Alejandro G Iñarritu 2017) nos atrapan en situaciones que son resultado de la frontera entre México y EUA.
Para la realización de **Home is Somewhere Else (Mi casa está en otra parte), un proyecto que se desarrolló durante varios años, Carlos Hagerman unió su experiencia como documentalista con la del realizador de animación Jorge Villalobos y el apoyo de talleres de animación, en especial Brinca en Valle de Bravo. Recordemos que Hagerman había tratado el tema de la migración junto a Juan Carlos Rulfo en el documental **Los que se quedan (2008) y a través de algunos personajes en el filme homenaje a **Acapulco de los años setenta Vuelve a la vida (2010).
Home is Somewhere Else es un documental muy original ya que narra tres historias de migración que escuchamos en la voz de los personajes mientras observamos la ilustración de los relatos en distintas técnicas y estilos de animación. Los tres bloques narrativos se integran en forma de capítulos introducidos por el protagonista de la tercera historia que funge de guía - y trovador moderno – ya que nos comparte sus comentarios con poemas. El primer capítulo ilustrado con dibujos animados de tipo infantil, está dedicado a Jasmine, una niña de once años que nos comparte su miedo de ser separada de sus padres que viven en EUA sin contar con papeles de residencia.
Como ciudadana estadunidense, ella reclama su derecho constitucional de vivir un vida feliz por lo que se convierte en activista, que protesta y reclama sus derechos frente a la Casa Blanca en Washington acompañada de un amplio grupo de hijos de padres indocumentados.
El capítulo dos, animado por imágenes que confrontan formas y colores que caracterizan a Yucatán en México y Los Ángeles en California, Evelyn y Elizabeth, dos hermanas en edad de decidir su futuro profesional, llevan una intensa comunicación por **face time en la que comparten su día a día, sus aspiraciones, sueños y el deseo por estar juntas. En el tercer capítulo ilustrado en la estética de una novela gráfica, el joven José Eduardo Aguilar habla de su infancia en Utah, su educación, ambiciones profesionales y un desencuentro con la policía que resultó en cárcel y deportación. Es un episodio fuerte y la manera de hablar del personaje que se autonombra “el deportado”, nos recuerda al pachuco (James Olmos) del filme **Zoot Suit de Luis Valdez (1981). Al mezclar el inglés con expresiones en español y aderezar al lenguaje diario con poemas, crea la imagen de un joven enojado con una identidad bicultural perfectamente asumida.
El gran valor temático, estético y didáctico del filme es el resultado de un intenso y profundo trabajo de investigación y construcción discursiva. El peso documental de los tres relatos sonoros gana fuerza y universalidad por el discurso visual animado.
Puesto que no observamos a los personajes que escuchamos hablar, nuestra percepción se abre a la reflexión y nos obliga a reconocer las distintas caras, dramas y tragedias de la migración.