Válida la analogía que hizo Javier Canales (camarógrafo de canal 6 Laguna) durante la emisión del matutino Telediario en relación al registro que está emprendiendo el Gobierno Federal para que los adultos mayores puedan tener acceso a la vacuna:
“Es como querer comer queso y tomar leche sin tener la vaca”, así o más claro, simple y llano, sin explicaciones, ni adjetivos, ni notas al calce, se ilustra solo.
Me lo confirmó un prestigiado médico cirujano, especialista en políticas públicas de salud, el doctor Xavier Tello con quien dialogué hace algunos días.
La pregunta es ¿Cuál es el objetivo de llevar a los adultos mayores a empadronarse para recibir una vacuna que (literalmente) no existe? (Respuesta inmediata aplica el título de esta columna), no es ocioso abrir una página, ingresar datos, para que después un “ciervo de la nación” se comunique y le diga cuándo, dónde y a qué hora va a aplicarse la vacuna, en todo caso mejor esperar a empadronarse cuando ya esté lista la vacuna, justo como lo están haciendo en países como Estados Unidos, Israel y Reino Unido.
Fácil, le estamos haciendo la chamba a uno de los dos “ciervos de la nación”, que no solamente están contemplados para la inoculación, sino que estarían contratados para tal efecto.
Lo dijo claro el doctor Tello.
Sé que mi opinión no es compartida por mucha gente, pero las declaraciones y datos son fríos y los expongo, el gobierno de los Estados Unidos echó a andar una implacable maquinaria para vacunar sí a los médicos y al personal de la primera línea de batalla, pero también a los militares y a los maestros y a los adultos mayores, en general a todo el que pase por enfrente.
En su discurso inaugural como presidente de Estados Unidos, Joe Biden propuso cuatro ejes centrales de su administración, uno de ellos fue el ataque frontal a la pandemia por lo que sentenció que pretendía vacunar a 100 millones de estadunidenses (entendemos que en la Unión Americana están vacunando a un millón de personas diariamente).
En México el Canciller Marcelo Ebrard anunció hace algunos meses (con “bombo y platillo”) la llegada de las primeras dosis a nuestro país, lo digo así porque nosotros, los medios de comunicación formamos parte de la orquesta y de la parafernalia (lo consigné en esta misma columna https://www.notivox.com.mx/opinion/angel-carrillo/vertebral/la-maldita-partidocracia-mexicana) pero nada más de las primeras dosis, de las demás pues no nos participaron, solamente que México había decidido cederle turnos a los países más pobres para la adquisición del fármaco.
Hasta aquí todo bien, digo estamos en medio de una crisis y no todo va a quedar perfecto pero empadronarse en un módulo en la presidencia ¿Quiere vacunarse o no?
Para qué tanta burocracia.
Ebrard lo dijo hace algunos días: “Vamos a adquirir 174 millones de dosis”, la duda es ¿Qué no tendrían que vacunar a 520 mil personas diarias para cubrir la cuota?