El pasado primero de julio comenzó la prueba piloto que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y el Instituto Mexicano del Seguro Social emplazaron para la incorporación de las personas trabajadoras de plataformas digitales al Régimen Obligatorio del Seguro Social, es decir, los conductores de Uber, Didi y Rappi pasaron de la informalidad relativa al trabajo bajo un esquema nominal.
La medida resulta agridulce toda vez que los socios conductores no tienen necesariamente las mismas condiciones de trabajo: Hay los que se dedican al cien por ciento a la actividad, también los que tienen un trabajo formal y utilizan este medio para hacerse de más recursos y solamente dedican un espacio delimitado, también existen los empresarios que tienen flotillas y rentan los coches a los que no pueden costear un automóvil y me pregunto, cómo será la forma en la que van a calcular las aportaciones que los conductores tendrán que destinar para costear la seguridad social, el INFONAVIT, el Afore, la PTU, de dónde saldrá el aguinaldo que deberán devengar. Obviamente no de las empresas que representan, porque ni Uber, ni Didi, ni Rappi van a poner sobre la mesa un solo centavo para concretar esta bizarra incorporación, en todo caso ellos asegurarían primero su ganancia que oscila entre el 49 y el 51 por ciento de los viajes contratados, el socio conductor que percibe el resto y que a su vez debe repartir entre su ganancia, el mantenimiento del coche y la gasolina y lo demás, es decir, las aportaciones al IMSS, quién lo va a pagar, imagínese.
Léalo bien, no tarda en aparecer -de forma sorpresiva- un aumento en las tarifas de viaje, es decir, seguiremos nosotros -como ciudadanos- los que recibiremos el impacto. Otro de los problemas es que la autoridad no tiene una base real de trabajadores de plataformas. El Gobierno Federal habla de 850 mil socios conductores, pero ellos mismos aseguran que la base está "falseada", inexacta pues. Un joven que quiere trabajar, le pide a su abuelita la credencial de elector para darse se alta en la plataforma ¿En qué momento pensamos que doña Cuquita de 75 años va a llegar a dejar un pedido de comida a bordo de una moto? Ahí va otra iniciativa que posiblemente podría tener buenas intenciones, pero en definitivo una muy mala puesta en marcha y operación.