Política

El Momento de México: De los Compromisos Oceánicos a la Acción Regenerativa

La comunidad global enfrenta un momento crítico de reflexión en la agenda oceánica. La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos 2025 con la declaración de alto nivel “Nuestro océano, nuestro futuro: unidos por una acción urgente”, subraya que el verdadero desafío ahora no es el compromiso o la ambición, sino la implementación efectiva de compromisos globales y tratados multilaterales en proceso. En la Conferencia no se debatió la importancia de la salud oceánica para combatir el cambio climático, pérdida de la biodiversidad o la inseguridad alimentaria esto ya es una realidad innegable.

Para México, este es un momento tanto de urgencia como de oportunidad. La declaración reafirma que las soluciones climáticas basadas en los océanos, la acuacultura sustentable y la conservación de la biodiversidad liderada por las comunidades locales son pilares centrales para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14. Pero para hacer realidad esta visión, países como el nuestro deben traducir las declaraciones multilaterales en acciones sistémicas y catalíticas en territorio, donde converjan la ciencia, la cultura, la innovación y el financiamiento.

México está particularmente bien posicionado para liderar esta transformación. Somos una nación marina, bordeada por dos océanos y hogar de ecosistemas de importancia global como el Golfo de California. Sin embargo, estas mismas aguas están cada vez más amenazadas por la sobrepesca, la pérdida de hábitats, la contaminación marina y el calentamiento del mar. Estos factores combinados amenazan nuestra prosperidad compartida, exacerban la vulnerabilidad de comunidades locales y nos conducen a un momento determinante de enorme responsabilidad y oportunidad. Es hora de liderar.

Aquí es donde la Plataforma para la Salud del Golfo de California, presentada en dicha Conferencia, ofrece un modelo prometedor para una gobernanza oceánica colaborativa. Anclada en alianzas entre comunidades locales, organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas, filantropías, sector privado y agencias gubernamentales, la Plataforma busca apoyar a quienes dependen del mar para su sustento a la vez que se restauran las funciones y servicios de los ecosistemas. Representa fielmente el llamado de la declaración de la Organización de las Naciones Unidas a promover “enfoques basados en la naturaleza y los ecosistemas” y “esquemas de manejo participativo para la pesca y acuacultura”.

Además, las comunidades costeras de México están listas para adoptar la acuacultura regenerativa como una solución que no solo produce proteína sostenible, sino que también mejora la biodiversidad marina y restaura hábitats. El compromiso asumido durante la conferencia para establecer un Centro de Innovación en Acuacultura Aplicada en La Paz representa un paso audaz en esta dirección. Iniciativas como esta apoyan directamente el llamado de la declaración de la conferencia por sistemas acuícolas sostenibles, economías oceánicas inclusivas y desarrollo de capacidades laborales, especialmente en regiones afectadas por la sobrepesca y los impactos climáticos. De la misma forma contribuyen a los compromisos voluntarios por el Gobierno de México en dicha conferencia como la próxima publicación de la Política Nacional de Mares y Costas o el Programa Nacional de Restauración Ambiental.

Sin embargo, para lograr la ambiciosa visión de “conservar el 30% de las áreas marinas para 2030” y detener la pérdida de biodiversidad, se necesita más que proyectos piloto. Escalar requiere financiamiento, desarrollo de capacidades y marcos legales que fortalezcan la acción local alineada con estándares internacionales como la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal.

Este también es un llamado a una colaboración radical entre sectores, naciones y sistemas de conocimiento. La declaración destaca, con razón, el rol del conocimiento indígena, la cooperación Sur-Sur y la alfabetización oceánica. México debe invertir en educación marina inclusiva, sistemas de datos e información transparentes y participación de las juventudes para asegurar que la próxima generación cuente con todas las herramientas para ser guardiana del océano.

El desafío es inmenso, pero también lo es la oportunidad. Al impulsar prácticas regenerativas y fortalecer alianzas como la Plataforma para la Salud del Golfo de California, México puede ser más que firmante de declaraciones y ratificación de acuerdos multilaterales: puede ser un ejemplo de gobernanza oceánica efectiva en acción.

Es momento de regenerar no sólo nuestros ecosistemas costeros marinos, sino también la forma en que trabajamos juntos por el océano, transitemos de la declaración al cambio duradero.


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Andrew Rhodes Espinoza
  • Andrew Rhodes Espinoza
  • *Director de Relaciones Públicas y Política para Innovaciones Alumbra en México.
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