Política

¿Quién piensa en los conductores?

Las carreteras, arterias que conectan la productividad de México con sus destinos, parecen desangrarse por la inseguridad.

El peligro en las vías de comunicación del centro del país ha dejado de ser una estadística, se convirtió en una herida que amenaza la cadena de suministros, la economía y, lo más importante, la vida de miles de transportistas que a diario salen a rodar sin saber si han de volver a casa.

Si bien el problema es nacional, la lupa se posa sobre nuestra región: Puebla y Tlaxcala, dos estados que, a pesar de mostrar un ligero descenso, aún concentran una parte alarmante de los robos al transporte de carga.

Los datos no mienten y nos obligan a la reflexión: el primer trimestre de 2025 reveló que 84% de los robos se concentraron en diez estados, una franja que parece cruzar el corazón productivo del país.

En la cima de este desolador paisaje se encuentran empatados el Estado de México y Puebla; cada uno concentra el 19% de los incidentes.

Es de reconocerse que Puebla ha pasado de 24% a 19% respecto al mismo periodo de 2024; sin embargo, la realidad es que seguimos en el epicentro de riesgo, especialmente en la autopista México-Puebla.

Según lo veo, cada cifra no solo representa millonarias pérdidas materiales, sino también a familias aterrorizadas, que no saben si sus seres queridos volverán a casa y un clima de incertidumbre que frena el desarrollo.

No basta con lamentar las cifras; es momento de fortalecer la presencia en puntos estratégicos de nuestras carreteras, especialmente en las vialidades solitarias que atraviesan Puebla y Tlaxcala.

Hace unas semanas, autoridades de cinco estados lograron acordar con la concesionaria que opera el Arco Norte la conexión de sus centros de control C5 a sus cámaras vigilancia; con ello, se espera acotar a los criminales que aprovechan el paso por las zonas limítrofes.

Asimismo, el gobierno de Alejandro Armenta ha comenzado a desplegar dispositivos por tierra y aire en cuatro importantes autopistas para tratar de inhibir a la delincuencia.

Finalmente, hay que decir que la responsabilidad no recae únicamente en el sector público. Es crucial que el empresariado asuma su cuota de corresponsabilidad. La presión por entregas "justo a tiempo" o reducir costos no puede, bajo ninguna circunstancia, poner en riesgo la vida de los conductores. Es inaceptable forzar a los transportistas a viajar de noche por rutas peligrosas sin el acompañamiento adecuado.

Proteger a quienes mueven la economía es proteger nuestro propio patrimonio y el futuro de las empresas. 


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Andrés Lobato
  • Andrés Lobato
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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