Un nuevo año inicia y trae consigo, para muchos, el arranque de un nuevo ciclo en el que cada persona se plantea metas por cumplir, retos que enfrentar, mientras que otros simplemente se dejan arrastrar por la corriente de los hechos que eventualmente se van presentando.
Muchos de ellos lo hacen así por no contar con las condiciones o herramientas para enfrentar la marea que representan los factores más allá de sus manos, como la inflación, las decisiones gubernamentales, los nuevos impuestos, los bajos salarios, la inseguridad, por lo que se concentran en capotear las adversidades y con eso sienten que ahí la van pasando.
Pareciera que los gobiernos emanados en cualquier partido no voltean a ver a la gente, esa que sufre con la llegada de un frente frío, y no, no creo que repartir cobijas sea una solución. Esa que sufre un asalto poco antes de llegar a su casa, donde no hay luz en las calles y la policía nunca pasa. Esa que no tiene dinero para surtir las recetas médicas de sus abuelos o hijos.
Gobiernos presumen números en atracción de inversiones, creación de empleos, índices de desarrollo, pero lo cierto es que hay mexicanos que siguen viviendo en la pobreza y muchos otros en la pobreza extrema, más allá de los resultados de Coneval. Ellos son más que números.
Este año los mexicanos tendrán la oportunidad de evaluar a sus gobiernos en el proceso electoral, castigar a quien lo hizo mal, premiar a los que lo hicieron bien, tomar riesgos con una nueva alternativa o decidir que todo siga igual, como hasta ahora.
A veces parece que no hay para dónde hacerse, porque las ofertas en el panorama político se ven pobres. La caballada está flaca, dirían aquellos que gobernaron 70 años.
La polarización está presente, gracias a los métodos de hacer política de algunos servidores públicos, como el que despacha en Palacio Nacional.
Lo cierto es que llegan los momentos de decidir sobre el rumbo que debe tomar el país, deseamos que los mexicanos decidan lo mejor para la nación y que la apuesta resulte ganadora, ya nos tocó perder durante muchos tiempo.
La mayoría se puede equivocar, pero al final será la decisión de los mexicanos, pero también se puede acertar y lo más importante es ejercer el voto libre y de manera secreta este 2024, más allá de coerciones que vengan de los partidos políticos, crimen organizado o de donde sea.
El voto es una de las cosas que los mexicanos podemos controlar, y hay que defender la democracia a toda costa.