No hay borracho que coma lumbre dice la sabiduría popular mexicana y Samuel García decidió cortar de tajo su aventura fosfo fosfo en pos de la Presidencia de la República, para regresar al cobijo del gobierno de Nuevo León para el que fue electo y al que llegó hace dos años.
Al no poder imponer a Javier Navarro, su secretario de Gobierno, por el pleitazo que trae con diputados del PRI y del PAN, y al arribo de Luis Enrique Orozco como gobernador interino, de repente Nuevo León amaneció con dos gobernadores, una cosa de lo más folclórica en la política mexicana. Toda una chulada para el año que vivimos. Los analistas políticos de ese estado afirman que la política neoleonesa es el hazmerreír en el país y bueno...
Y tomando en cuenta que Nuevo León es uno de los estados más desarrollados de la República, pues resulta muy contradictorio que estas cosas pasen y sobre todo por el capricho y la mezquindad de varios actores políticos. Los neoleoneses no merecen esto.
Pero esta serie de disparates no serían posibles sin el apoyo y promoción de quien más ha buscado vulnerar a las instituciones y pasarse por alto las leyes en los últimos años. El mismísimo presidente Andrés Manuel López Obrador.
Samuel García se vendía como el Nuevo, por ser joven y tener otra manera de hacer política, pero utilizó las mismas armas de políticos de antes, la estridencia, grupos porriles y un desprecio absoluto a apegarse a las leyes vigentes en nuestro país.
Ayer el gobernador interino renunció con lo que permite que poco a poco se vaya confeccionando el regreso a la normalidad.
Según Samuel García, las redes sociales se estremecieron con el arranque de su precampaña, junto a su esposa, porque sin ella y con los deslices que ha cometido en su incipiente carrera política, no sería más que un junior berrinchudo y privilegiado que sufría mucho a los 15 años cuando su papá lo obligaba a acompañarlo los domingos al golf.
Era tanto el crecimiento de su candidatura, según Samuel, que había desplazado en las encuestas a Xóchitl Gálvez, y se había acercado a Claudia Sheinbaum, y de pronto decide regresar al gobierno de Nuevo León, como que algo no cuadra.
Mientras tanto ya le dejó el problema a “don Dante” Delgado, líder de MC, para definir a un candidato joven o lanzarse él mismo para tratar de dividir el voto opositor. Esta película aún no acaba. Saquen las palomitas.