Según Kuper y Szymanski, autores de Soccernomics, la industria del futbol es de lo más irracional que existe. En gran parte argumentan que la gente a cargo de llevar los clubes desde las oficinas no es la más capaz porque la industria futbolera es, en sí, muy cerrada. Usualmente entra gente de “casa” (con o sin un acercamiento real a la cancha), o en el otro extremo, gente con mucho renombre en cancha pero con pocas aptitudes alternativas, las necesarias para administrar, planear, invertir, decidir de forma más integral fuera de la cancha.
Por eso es que muchas instituciones deportivas o clubes no se parecen, en funcionamiento o gestión, a negocios más “normales.” Por eso también, aunque se mueven sumas estratosféricas, financieramente no son las entidades más transparentes ni las más sanas. El reciente castigo a la Juve, y la denuncia de no proporcionar información veraz por 9 años al City son sólo una probadita.
Entonces, a pesar de que cada país, club, y federación enfrentan diferentes problemáticas, si hay una que comparten, en mayor o menor medida es: carencia estructural enraizada en capital humano pobremente formado.
¿Qué es una buena formación? Honestamente no lo sé y no creo que tampoco esté tan claro allá afuera. Para empezar, la industria tiene muchos niveles y ámbitos que no funcionan igual. Segundo, como es un mercado con exceso de oferta laboral (en lo que sea), porque muchísima gente quiere trabajar alrededor del balón, la captación de recursos humanos es receptiva y no proactiva. Sí, es más sencillo recibir CV’s, más si son procesos de empleo no abiertos, que salir como cualquier head hunter en una empresa grande a scoutear a lxs mejores, e invertir en ellxs.
Por otro lado, dado que el futbol es algo tan masivo, la diferenciación de habilidades y talento al interior y afuera de la estructura es crucial. Y quizá de aquí es donde tendríamos que partir, o al menos, intentar hacer mejor las cosas mediante un entendimiento mejor sobre quiénes están dentro y fuera de la estructura y qué aptitudes tienen. Para reclutar y formar mejor capital humano.
Por ejemplo, lxs jugadorxs profesionales no son periodistas o comunicólogxs (en su mayoría), entonces no tienen las formas usuales de la profesión. Pero bueno, se aprenden. Ahora, si el trabajo es hablar o comentar sobre el deporte que sí hicieron, muy probablemente tengan, en contenido, mejores nociones para explicarlo, en lo bueno y en lo malo. Así quizá se reducirían las polémicas no sé si baratas, o mal intencionadas, que sí abundan en el medio, y se abordarían mejor las problemáticas más grandes que sí existen pero no se tocan. Más que nada por desconocimiento, o no querer saber más sobre ese tipo de situaciones. Por ejemplo, el suceso Nat Macías-Johny. ¿Hay violencia de género en el fut y en deporte? Sí, como prácticamente en todas partes. Ahora, usar ese episodio en particular para dinamitar a alguien, es muy impreciso y descontextualizado.
Muchxs tampoco son entrenadorxs luego luego porque les hace falta la parte, chance, pedagógica. Pero eso se puede formar. Está la ENDIT, y debería de haber un registro puntual de quienes la han tomado, y en dónde andan trabajando. Según aptitudes y mérito, quien quita y se ganan certificaciones UEFA o algo así a través de la Federación. Así garantizas trabajos, o mayor exposición de aprendizaje que permiten, con el tiempo, trabajar bien y ser una buena opción en cualquier banquillo de primera o selección. La baraja de DT’s en varonil y femenil son limitadísimas. De ahí chance, la dificultad para escoger un DT para la selección varonil, y la sensación de “tener que ver afuera” para la femenil.
Ahora, en cuestión económica, financiera, y de datos (hoy) es más difícil porque eso sí requiere una formación mucho más integral que las otras dos. No quiere decir que las otras dos no sean difíciles, pero son menos globales. Es enseñar futbol y hablar de futbol. ¿Ayuda que el panorama que tengamos sea más global? Claro. Perpetuar aprendizaje y ensancharlo ayuda en todo, pero lo más importante sí es saber de futbol. Hayas jugado o no profesional, hay gente que sabe, interpreta, explica y enseña lo que pasa en cancha, reconociendo que es algo de prueba y error, que muy difícilmente hay blancos y negros, pero que sí hay razones y patrones.
Esa globalidad en la forma de pensar es más probable verla afuera de la industria, porque al final, cualquier deporte de alto rendimiento te obliga a la hiper-especialización. De ahí la necesidad, también, de salir un poquito de la cancha para verla desde una perspectiva más amplia. Pero esa visión también se forma. Por eso, ojalá y la alianza del América femenil no se quede solo con juegos y mayor exposición mediática en el acuerdo con el OL Reign y el OL. La alianza es una gran noticia, y hay que hacer realidad esa formación. De entrada, ver la forma de emular la academia mixta del OL.
En fin, repito: no sé con certeza qué es una buena formación. Pero sí ceo que de eso depende la calidad del capital humano, ya sea que se reclute fuera de la industria o que se forme al interior de ella. Pero para siquiera pensar en cómo formar, tenemos qué saber qué habilidades queremos formar y para qué, y sí… querer formarlas e invertir en ello.
Twitter: @KhanPaola