Se lo han contado tantas veces, que seguro ya se sabe de memoria las respuestas. Con lo cual, por lo menos el tema del foco, parecería estar resuelto. ¿Cuántos gallegos se necesitan para cambiar un foco? Cinco, uno para tomar la bombilla y cuatro para darle vuelta a la escalera. ¿Cuántos economistas para hacer la misma labor? Ninguno, si el mercado así lo decide lo cambiará él solo. ¿Cuántos psicólogos? Uno, pero el foco debe estar de acuerdo en ser cambiado. Muy bien, ahora que ya tenemos eso claro pasemos al refresco. Sí, ya sé que parece broma el que después de haber escuchado tantas veces el chiste del foco hoy le haga yo la pregunta del refresco; sin embargo, resulta imprescindible, aunque no estoy segura que le haga mucha gracia. ¿Cuántos mexicanos se necesitan para levantar una lata de refresco de la vía del tren? Seis mil, todos con uniforme de la Guardia Nacional.
Hace poco más de una semana, el Metro de Ciudad de México fue víctima de una nueva desgracia. Un choque entre dos trenes en donde una persona murió y 106 resultaron heridas. Lo cual se suma al trágico accidente de la caída de la Línea 12 de mayo de 2021, donde murieron 26 personas y muchas más resultaron heridas. El tema resulta delicado porque el Metro mueve a 4.6 millones de personas diariamente y, sin embargo, lo que realmente resulta una peligrosa nota de alarma para este gobierno, es que puede dejar varadas las aspiraciones de una persona: la jefa de Gobierno de Ciudad de México.
Frente a una nueva evidencia de la falta de mantenimiento que sufre el Metro, tal y como lo constató el informe de la compañía noruega que dictaminó la caída de la Línea 12, y con la jefa de la ciudad de gira por Michoacán haciéndose promoción a sí misma mientras acontecía la segunda tragedia, los cuestionamientos y el rechazo subieron de tono. La candidatura de la jefa de Gobierno se ponía en entredicho: si no puede gobernar el Metro, ¿cómo pretende gobernar todo un país? De ahí surgió lo que, sin pruebas de por medio, resulta sencillamente una estrategia de comunicación y contención. Sabotaje, puede ser sabotaje, dijo el Presidente. Tenemos que proteger a la gente, agregó, y destinó seis mil efectivos de la Guardia Nacional —más de los que tiene cualquier estado del país—, a cuidar el Metro.
En México, la teoría de la conspiración es siempre una útil salida. Esta no fue la excepción. Lo cual nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Cuántos mexicanos se necesitan para que la gente se crea un complot para sabotear al Metro? Seis mil efectivos de la Guardia Nacional. ¿Cuántos para evitar que sigan haciendo pintas en el Metro contra la jefa de Gobierno? ¿Cuántos para que la gente no suba videos a las plataformas de los desmanes en el Metro? Y la última y fundamental: ¿Cuántos mexicanos se necesitan para hacer viable una candidatura presidencial? Seis mil efectivos de la Guardia Nacional.
Con todo, la semana pasada los seis mil efectivos de la Guardia Nacional reportaron un pedazo de cable faltante en un túnel, una llanta ponchada, una humareda por la llanta ponchada y varios objetos tirados sobre las vías, entre ellos una lata de refresco. Hay videos que muestran a los guardias bajando a las vías por el refresco, pero en realidad los seis mil efectivos de la Guardia Nacional lo que levantaron fue una corcholata.
Ana María Olabuenaga