Usted se va a ir a la cárcel. Haya hecho algo o no. Se lo demuestren o no. Me conoce, generalmente empiezo lo que escribo dando aliento a aquel que me lee. Pensando en lo que circunda eso de lo que quiero hablar. Describiendo los pliegues del contexto, de la persona o de la historia. Aquí no puedo. No hay manera de darle la vuelta o ser amable al decirlo. Lo expreso como lo diría su abogado, y ojalá que lo tenga. Usted se va a ir a la cárcel. Esa es una de las leyes por las que estará votando si vota por Morena en la próxima elección.
No, aunque no parezca, no hay ninguna inclinación política en lo que escribo. Esta es tan solo una descripción llana sobre lo que se propone y se avecina. Endurecer la prisión preventiva oficiosa, ampliar los delitos por los que se aplica y rechazar las instancias internacionales que la condenan y a las que, por cierto, México está obligado a respetar. Se trata del derecho de meter a la cárcel a las personas e iniciarles un juicio por algún indicio de una posible participación en un delito. ¿Cuántas veces ha escuchado en nuestro país el “me lo sembraron” y el “usted disculpe”? Ahora va a tener que oírlo desde prisión. Se trata de uno de los retrocesos más relevantes en los que piensa caer este gobierno para otorgarle un poder mayor al Presidente, saltarse los organismos internacionales y un nuevo desprecio a los derechos humanos.
Cuando la semana pasada la secretaria de Gobernación presionó en plena mañanera a la Suprema Corte de Justicia para aceptar la decisión del Presidente sobre el tema, recordé la gran cantidad de veces en que acusaron a la funcionaria de ser un simple florero y pensé en lo peligrosas que pueden ser las figuras de ornato. No puedo creer que no sepa lo mucho que lastima a la nación lo que presentó. No puedo creer que no se escuche a sí misma. Al igual que la ex ministra defendiendo con aspavientos lo indefendible solo porque lo dice el Presidente. Mienten, ambas mienten. Y eso no es todo.
La Ley de Amparo mexicano, último reducto y última salvación de un individuo frente a los abusos de poder de la autoridad, está pensando ser mutilada para que no se afecten las decisiones del Ejecutivo. ¿Sabe a quién lastima esta revancha contra el Poder Judicial, este desquite? ¡Al pueblo! Consiste en dejarnos a todos sin una última carta de defensa frente a los abusos de nuestros gobernantes. El pueblo en indefensión frente a su Gobierno. Un pueblo manoseado: sirve cuando sirve y cuando no, no.
No le creamos, pues, al senador y a los legisladores que argumentan tan solo para hacerle la barba al Presidente en esta mutilación. No le creamos a los opinadores que hablan a medias sin explicar este escándalo. Enredan para que la gente no entienda lo que pierde, que le están concediendo al Presidente canonjías medievales. Que al votar por Morena se están poniendo la soga y también el yugo al cuello. Reforma sí, mutilación no.
Esta reforma es una usurpación del sistema penal por parte del Ejecutivo, del Presidente en turno. Una última prueba del retroceso: si el Presidente será el que ahora decida quién va a la cárcel, también está proponiendo una Ley de Amnistía, con lo cual, será también él quién decida quién sale.
No piense en candidatas, piense en esto que le digo, es decir, piense en usted y vote.
