La batalla contra el COVID-19 va para largo, y ya está a punto de hundir municipios turísticos como Valle de Bravo, donde lo están pasando muy mal, decenas de prestadores de servicios reportan que ya no tienen recursos para seguir por su cuenta, lo mismo ocurre en Malinalco e Ixtapan de la Sal, sólo en sur de la entidad, donde acusan a alcaldes de indiferencia y a los diputados de no asomar ni la nariz para ver en qué apoyan. Bien decía mi abuela: “todo pasa, pero primero te atropella”.
Entes que ocupan una curul en el Congreso mexiquense, están más ocupados en proyectos personales de cara a la elección intermedia, que en sumarse a las acciones para hacer frente a la contingencia sanitaria; para muestra el diputado Nazario Gutiérrez, no se inmutó ante el incremento a la tarifa del transporte público en Edomex, pero ahora anda abogando a favor de ese sector, que no es precisamente el más desprotegido; hasta elaboró un punto de acuerdo que presentará al pleno –algo así como un albazo-, para que se exija que el Ejecutivo otorgue apoyos económicos a los transportistas, entre éstos, bonos mensuales para gasolina.
Mientras la diputada ecatepense de Morena, Azucena Cisneros Coss, está en cuarentena por COVI-19, la apoteosis de la desvergüenza, la plurinominal “chapulina” que no brilla por su trabajo legislativo, Crista Amanda Spohn Gotzel, que llegó a la Cámara local abanderada por Morena, y luego se pasó a la bancada del PT, saltó la víspera a la del PAN, con lo que, el Partido del Trabajo se queda sólo con 7 diputados y el PAN 9, gracias a su oportuno arribo.
El COVID-19 es sólo la cereza del pastel, sus muertos se suman a los que deja la delincuencia; la pasada fue una semana roja, ejecutados en Sultepec, Toluca, Temascaltepec, Lerma, Temoaya y Ecatepec, entre otros; el hecho más indignante: el asesinato artero del empresario Venancio Conzuelo y su familia en Almoloya de Juárez. La claudicación de las autoridades frente a la delincuencia a todos sus niveles es evidente.
Con los “tiempos legales” aplazados y con un montón de solicitudes para nuevos “partidos”, el IEEM, tendrá que sujetarse a los convenios,-viciados de suyo-, que le impongan los “gerentes locales” de cada instituto político. Algunos prospectos andan ocupados haciendo su luchita; los membretes partidistas, mediante sus comandantes regionales, no cejan en “validar”su militancia en reuniones a puerta cerrada y los “pretendientes” a que la autoridad electoral local les aprueben sus registros, hacen malabares para juntar requisitos que les permitan vivir del erario estatal, aunque sea nomás en la campaña. Nuestras fuentes aseguran que hay hasta el momento 45 organizaciones que sí cubren las exigencias del IEEM.
