Hablemos del acoso callejero y por qué volteamos a otro lado.
Las mujeres y las niñas sufrimos diferentes tipos y manifestaciones de violencia a lo largo de nuestras vidas, pues coexistimos en este sistema patriarcal y capitalista que no deja de cosificarnos y, contra el cual, se lucha a diario desde diversas trincheras.
Sin miedo a equivocarme puedo afirmar que en más de una ocasión todas hemos sido víctimas del acoso callejero.
Se volvió algo tan común que desde niñas aprendimos tips o trucos de auto cuidado, nunca faltó el consejo de una tía, mamá o amiga que te decía por qué calles era seguro caminar y en qué horario.
Jamás voy a olvidar el consejo de mi abuela de nunca caminar en la misma dirección que el tráfico, “es preferible rodear, que no llegar”.
En Torreón 6 de cada 10 mujeres sentimos inseguridad transitando por nuestra ciudad, sí, aunque nos cueste entenderlo la ciudad también es nuestra, tenemos derecho a apropiarnos de espacios y sentir seguridad, poder andar sin miedo.
El acoso callejero, fue de las primeras cosas que empecé a cuestionarme, pues sigo sin entender por qué los acosadores cuentan con la facultad de cosificarnos, de opinar sobre tu apariencia, además del cinismo de decir que sus agresiones son piropos y exigir un sentimiento de halago.
No he llegado a comprender cómo se otorgaron dichas atribuciones.
El 58% de las mujeres mayores de 15 años en Torreón siente miedo al transitar o usar transporte público dentro de la ciudad, este es un problema público al cual no se le ha puesto solución.
Urge comenzar con estrategias conjuntas que nos permita trabajar de manera colaborativa, contar con el apoyo de sociedad civil, la apertura de las instancias municipales, el compromiso de la ciudadanía y transportistas en general, que los medios de comunicación sean una constante ventana de difusión.
Tenemos que voltear a ver la problemática de frente y ser consientes que el acoso callejero es la expresión más común de violencia sexual y las mujeres y las niñas estamos constantemente expuestas.
@incidefemme