¿Cuántas veces hemos escuchado sobre la famosa saga "Twilight"? y cómo fue obteniendo espacios en plataformas, redes sociales, cadenas comerciales, juguetes y en la vida cotidiana.
Hace menos de una semana que las películas están disponibles en una plataforma de streaming y el furor en redes no demoró en posicionarla dentro de las más vistas o buscadas.
Sin embargo, esta historia no es otra cosa que una exposición de la fórmula del "amor romántico" y la replicación del rol de la mujer como ser indefenso y vulnerable que, por miedo a perderlo, deja de lado su vida, familia y amigos para perseguir el ideal de hombre, quien no se cansa de repetirle que es malo, puede lastimarla, ponerla en riesgo y, literalmente apetece su sangre y asesinarla a causa de su incontenible deseo (al mismo tiempo la acosa, reprende y no le permite continuar su vida en libertad).
¿Y cómo reaccionamos? Pues simplemente suspirando por ser esa chica indefensa y especial que enamoró al "perfecto" chupa sangre.
Y surge, dentro de muchas mujeres, el planteamiento casi inconsciente de: si Bella pudo ser feliz y aceptar que su amor era un vampiro con buenos sentimientos e intenciones, a pesar de su naturaleza asesina; yo puedo ser feliz con mi pareja de alma atormentada, quien promete amarme y cuidarme tal y como lo haría un protagonista de película.
Esas historias cliché o chick-flicks no dejan de repetirse ante la juventud, sembrando y normalizando ideas diseñadas para encaminar a las mujeres hacia la vulnerabilidad y dependencia, volviéndose un puente para las violencias.
Más de 10 años del estreno y aún es tendencia. Sigue siendo un objetivo de amor que deslinda a los hombres de sus responsabilidades afectivas y a la mujer del autocuidado.
El cine y la literatura tienen un rol importante en la cultura popular y se pueden concebir como herramientas para posicionar el concepto de amor y los roles en una relación, por lo que debemos poner especial atención a los contenidos que consumimos y no dejar nunca de cuestionarlos.
@incidefemme