Espectáculos

Warner, el doblaje y las injusticias

Ayer tuve el privilegio de charlar con gente muy importante de Warner Channel.

Como usted sabe, ésta es una de las señales más exitosas de toda la industria de la televisión de paga y de unos meses para acá ha recibido muchas quejas.

¿Por qué? Porque sus espectadores ya no están sintonizando sus series favoritas como The Big Bang Theory en su idioma original con subtítulos.

Ahora las tienen que ver, a fuerza, dobladas al español. Y el problema no es el doblaje, es la imposibilidad de elegir.

No sé qué piense usted, pero sí es injusto que uno esté pagando por un servicio y que a estas alturas de la evolución tecnológica de la televisión lo esté recibiendo a medias.

El caso es que me puse a platicar con estos ejecutivos y me fui de espaldas cuando me enteré de la verdad.

Warner le está mandando a toda América Latina sus contenidos sí, doblados al español, pero también en inglés y en inglés con subtítulos.

La idea es aprovechar todo lo que se puede hacer ahora con las señales y satisfacer las necesidades de entretenimiento de todas las personas.

¿Dónde está el problema? En las compañías que ofrecen los servicios de cable y de antena directa al hogar.

Y no es que sean malas, no es que se estén volviendo populacheras (lo cual no tiene nada de malo) ni que le quieran cobrar de más a la gente por esta posibilidad.

El problema es que no todas han actualizado lo que en esta industria se conoce como cajas, que son los aparatos que reciben las señales.

Las cajas viejas no le brindan a los suscriptores la posibilidad de elegir el idioma en que van a ver sus contenidos. Las nuevas, sí.

A esto súmele que también tenemos empresas que no han terminado de cambiar de la televisión analógica a la digital, que no tienen todo en HD (alta definición).

Parece que no, pero esto también es una bronca que se relaciona con el sonido.

Y por si todo lo que le acabo de decir no fuera suficiente, hay algo que no se ha mencionado y que sí vale la pena poner en la mesa:

Algunas personas no se han tomado el tiempo de estudiar los botones del control remoto del sistema que tienen en casa o, de plano, no lo saben usar.

Resultado: desconocen que tienen la posibilidad de elegir y, por lo mismo, están atrapadas en una sola opción de audio e imagen.

¿Qué se hace en estos casos? Primero, consultar a su proveedor e investigar lo que está pasando.

Solo que, cuidado, ciertas compañías no se caracterizan por tener precisamente a los telefonistas más capacitados para asesorar en esta clase de cuestiones y hay que ser paciente.

Pero no se enoje, atrás de esto hay una excelente noticia: todas las empresas que integran la industria de la televisión de paga se terminarán actualizando y no existirá una sola que no ofrezca la posibilidad de que usted seleccione cómo quiere ver y escuchar sus programas.

Lo que muchos usuarios estamos padeciendo ahora es el precio de la transición.

Más o menos como nos pasó a quienes transitamos de la televisión de blanco y negro a la de color o como lo que acabamos de vivir con el ajuste de televisión abierta analógica a televisión abierta digital.

Los cambios no son malos. Hay que entenderlos, apreciarlos y, sobre todo, disfrutarlos.

Luche por gozar con los contenidos de Warner que, lo que sea de cada quien, hoy, con tanto superhéroe, están mejor que nunca. ¿A poco no?

Y a propósito de injusticias yo quiero denunciar algo que me tiene muy molesto, decepcionado.

¿Qué? Lo que la DGTV le hizo a su programa A ritmo de Yaz.

Le voy a explicar: La DGTV es una parte fundamental de los medios públicos mexicanos que se dedica a la producción de contenidos diferentes, de calidad, educativos.

Los medios públicos son los que usted y yo pagamos con nuestros impuestos y que gracias a la nueva televisión abierta digital terrestre podemos sintonizar sin desembolsar un solo peso adicional en prácticamente toda la nación.

Uno de los mejores programas de toda la DGTV era A ritmo de Yaz, una revista de periodismo y entretenimiento con música en vivo e invitados de lujo del mundo del arte, la cultura, el deporte y el espectáculo.

Ya quisieran en Televisa o en Azteca una emisión de esa categoría para un domingo. ¡Ya la quisieran!

El caso es que este proyecto, conducido perfectamente bien por Yazmín Alessandrini (por eso su nombre) y César Pineda Dosal, era tan bueno que le acaban de dar el Premio de Periodismo 2016.

¡Pero qué cree! Lo acaban de cancelar. ¡No es posible! ¿Cuál es el mensaje que la DGTV le quiere mandar a las audiencias con este decisión?

¿Cuál es la idea? ¿Proteger a Televisa y a Azteca? ¿Quedarse con puros programas insignificantes como de mala televisión abierta de 1975?

¿Ahora entiende mi molestia? Estas cosas no deberían de estar pasando, A ritmo de Yaz era una gran opción y merece seguir en pantalla. ¿O usted qué opina?


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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
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  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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