Espectáculos

Tv Azteca, Telemundo y más

Enamorado, estoy enamorado de Celia, la bionovela que los canales Azteca 13 y Telemundo Internacional llevan varias semanas transmitiendo en diferentes momentos de sus parrillas de programación.

¿Por qué? Porque es el espectáculo familiar más bonito que tenemos en este instante tanto en la televisión abierta como en los cables y las antenas directas al hogar.

No hay manera de verlo y de no adorarlo, de no involucrarse, de no suspirar, de no soñar y, sobre todo, de no sentir unas ganas bárbaras de cantar, de bailar y de ponerle casa a la memoria de Celia Cruz, la supuesta protagonista de esta historia.

Y digo supuesta porque, a diferencia de la bionovela sobre Juan Gabriel, que por contar con la autorización del mismísimo cantante se tenía que apegar a lo que él quería que se supiera de su vida, aquí sí hay demasiadas licencias creativas.

Pero lo importante no es eso, finalmente las fantasías históricas son una de las tendencias más importantes de la televisión nacional e internacional desde hace algunos años.

Lo importante es que tenemos ante nosotros la oportunidad de divertirnos con un proyecto sano, positivo, aspiracional y muy bien hecho que no podemos dejar ir.

Qué bueno que, en el caso concreto de Tv Azteca, sus ejecutivos hayan decidido apoyar esta emisión hasta con programas especiales como el que vimos el pasado sábado por la noche.

Qué malo que el reflector se lo estén llevando las narconovelas como Rosario Tijeras porque, no sé usted, pero yo estoy convencido de que México necesita propuestas como Celia.

En el remoto caso de que usted no sepa quién fue Celia Cruz o de que no le interese su vida, ni se agobie.

Mírela como una telenovela musical que cuenta la historia de vida, amor y superación profesional de una chica de color que lucha contra el sistema en momentos muy complicados para la historia de la humanidad.

Mírela como lo que es, un show con una calidad sorprendente, que no le pide nada a las mejores películas que están en cartelera y que a pesar de haber sido pagado con dólares de Estados Unidos es nuestro, latinoamericano.

Tiene nuestro sabor, nuestra esencia, nuestros valores y hasta nuestros temas sociales como el racismo, la migración, la familia y la doble moral.

Se la recomiendo mucho. De veras, es una bocanada de aire fresco entre tantas cochinadas que se han estado programando últimamente. ¿O usted qué opina?

Un regalo de Netflix y la NBC

Por favor, no caiga en esa campaña de pánico que muchos medios están alimentando para subir sus niveles de audiencia.

Los mexicanos, como todos los latinoamericanos, sin importar el lugar de nuestra residencia, valemos mucho.

Y cuando digo que valemos mucho no me refiero nada más a la grandeza de nuestro espíritu o a nuestra cultura. No, me refiero a cuestiones mucho más tangibles como nuestro dinero.

Con todo y nuestras devaluaciones, somos un mercado fundamental para todo aquel que quiera hacer negocios en el mundo, y la televisión quiere eso, hacer negocios.

Por lo mismo, este año, NBC, la importantísima televisora de Estados Unidos, la dueña de Telemundo, sacó NBC Universo.

¿Qué es? Una plataforma para generar contenidos de información y entretenimiento para usted y para mí, además de la de Telemundo.

Le voy a poner un ejemplo: si Telemundo saca una telenovela, NBC Universo saca una serie, pero una serie de verdad, no una telenovela etiquetada con el nombre de serie para llamar la atención.

Y a las pruebas me remito: desde hace varios días Netflix tiene en México El Vato, la que fue la primera serie de NBC Universo, y no sabe usted qué cosa tan más divertida.

Inspirada en hechos reales, llena de chismes y de asuntos pocas veces mostrados sobre nuestro medio artístico, El Vato cuenta la vida de un chico pobre de Sonora que termina convirtiéndose en una gran estrella de la música regional en Estados Unidos. El resultado es como Entourage combinada con Los héroes del norte, pero con muchas aportaciones propias.

El reparto es increíble e incluye a El Dasa, Mauricio Martínez, Itatí Cantoral, Arcelia Ramírez, Horacio Castelo y Ricardo Polanco, por mencionar solo a unas cuantas de las muchísimas figuras que pasan por ahí y que hacen un magnífico trabajo.

A mí lo que me encanta de El Vato es que sus responsables, a pesar de haber generado este concepto para una marca aparte de Telemundo como NBC Universo, están partiendo de lo popular, están buscando lo que ya casi no se busca ni siquiera en nuestra televisión nacional: atender al pueblo.

Pero, ojo, con calidad, respeto y ganas de comerse al mundo.

Ahora que hay tantas series latinoamericanas en el mercado, le suplico que no se olvide de considerar a El Vato con el mismo entusiasmo con el que está considerando a Celia, Blue Demon y Sin rastro de ti. Le va a encantar. De veras que sí.

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Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
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  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
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