En México, y yo diría que en general en toda Iberoamérica, tenemos una extraña relación con la gente rica, al menos con los ricos que salen en nuestras series y en nuestras telenovelas.
Cuando no son como en “Cuna de lobos”, son como en “Monarca” y ni hablemos de lo que proponen países como Argentina, Brasil y Colombia porque entonces sí no acabaríamos nunca.
Tenemos serios problemas cuando hablamos de la riqueza. Obviamente esto es el reflejo de algo que ocurre a nivel social. Es muy fuerte. De veras.
Nos llevamos mal. Esto no es aspiracional, va del odio a la solemnidad. No por nada el máximo clásico de la televisión nacional se llama “Los ricos también lloran”.
Por eso celebro que hoy viernes 18 de agosto se estrene en Prime Video la magnífica serie mexicana “Mala fortuna”.
La razón es muy simple: aquí tenemos un retrato de la “alta” sociedad como jamás se había visto. Juro que es verdad. ¿Pero sabe qué es lo que más le admiro a esta producción?
Que no es una copia de ni de las series gringas como “Succession” ni de las producciones europeas como “Devils”. Ésta sí es una visión latinoamericana de los millonarios.
¿Cuál sería la diferencia respecto a lo que se hace en otras regiones del mundo? El humor.
Los ricos siempre serán los ricos. En Nueva York, en Tokio o en Monterrey. Pero nuestros ricos tienen otro tono, otro sabor. Aquí está eso y el resultado es divertidísimo.
¿De qué trata “Mala fortuna”? Me encantaría contarle pero, ¿le digo la verdad?, quiero que se deje sorprender, que llegue ahí lo más virgen que pueda, que la goce.
Estamos ante una oportunidad de oro en términos de entretenimiento porque como es muy poco probable que usted sea igual de rico que estos personajes, cuando esté frente a ellos, los utilizará como válvula de escape, descargará todas sus tensiones, se relajará.
Y cómo no si los genios escritores de esto son María Hinojos (“Cindy la regia”), Camila Ibarra (“El club”), Cristian Conti (“Distrito salvaje”), Ilse Apellaniz (“Acapulco”) y Moisés Aisemberg (“Un extraño enemigo”).
No me quiero ni imaginar sus sesiones de trabajo porque cada situación es una joya y cada personaje, un delirio. Y con la dirección de Joe Rendón (“Backdoor”) y Analeine Cal y Mayor (“Madre sólo hay dos”), ¡bueno!, aquello no tiene desperdicio.
¿Sabe usted quiénes salen aquí? Puras grandes estrellas. De las de ahora y de las de antes.
Tenemos a Macarena Achaga (“Travesuras de la niña mala”) más deliciosa que nunca. Yo diría que nació para hacer comedia.
Jorge López (“Élite”) está como de premio. La “mala” química con Macarena es negra, negra, negra. Lo adoro.
Pero la que se merece una ovación de pie es doña Sylvia Pasquel (“Siempre reinas”). ¡Qué barbaridad! La que es una diosa de la actuación, es una diosa de la actuación.
Sí es fundamental hablar de los actores porque este tipo de serie está hecha para eso, para el lucimiento del talento.
Yo, por ejemplo, siempre he amado a Lisa Owen. Aquí la amo más. ¿Y qué me dice de Fátima Molina (“¿Quién mató a Sara?”), de Ricardo Polanco (“Mexzombies”), de Camila Valero (“Desenfrenadas”), de Adriana Montes de Oca (“Renta congelada”) y de todos los demás?
Se nota que los cuidaron bien, que les proporcionaron los mejores valores de producción.
¿Qué va a hacer este fin de semana? Luche con todas sus fuerzas por ver “Mala fortuna” en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.