A todos nos ha dado por hablar del odio últimamente: el odio a las mujeres, el odio a los afrodescendientes, el odio a los judíos, el odio a los que piensan diferente. El odio. El odio. El odio.
La semana pasada se estrenó, por Apple TV+, una de las series más importantes que jamás se han hecho sobre el odio y yo tendría que ser el peor periodista del mundo para no recomendársela.
Además, es bastante emocionante, consigue que uno se involucre, tiene un reparto alucinante y está particularmente bien hecha. Se llama “Lady in the Lake”.
No le voy a vender trama para no arruinarle la experiencia, que en este caso es fundamental, pero se la voy a describir así:
Imagínese un abanico sobre el odio que se va abriendo frente al espectador.
Usted le mueve tantito y aparece el odio hacia las niñas. Le mueve un poco más y aparece el odio hacia las mujeres adultas. Le abre otro poquito y surge el odio por el color de la piel, por la religión, por todo. ¡Hasta por los que no comen lo mismo que uno!
Sí, hay muchas mujeres porque es tiempo de mujeres, porque a ellas les ha ido particularmente mal con el odio y para que la experiencia sea más digerible, los responsables de este proyecto, en lugar de ubicarse en la actualidad, se van a la nostalgia, a los Estados Unidos de 1966.
No sé cómo la vaya a vivir usted pero yo la veía y me encendía. Se me hacía profundamente indignante todo. ¡Todo!
Pero ese todo es nuestro pan de cada día. No crea que es una producción histórica. Es el retrato de las desaparecidas, de las madres de familia, de las trabajadoras explotadas.

La gran nota es que la protagonista de esto es nuestra amada Natalie Portman que, como usted sabe, es muy exigente a la hora de hacer series.
Pero el resto del reparto no canta mal las rancheras y la experiencia cinematográfica no tiene perdón de Dios de tan buena.
Yo sé que “Lady in the Lake” no es uno de esos estrenos “oficiales” que las plataformas nos obligan a ver sí o sí por cuestiones corporativas.
Pero, la verdad, a mí me interesa que usted vea cosas buenas y ésta es una maravillosa propuesta que, como pocas, le va a ayudar a sentir respeto por las generaciones del pasado, a entender que muchas de nuestras luchas no son nuevas y, lo más necesario de todo, a reflexionar sobre el odio.
Luche por verla en Apple TV+. Le va a gustar. De veras que sí.
TEATRO
A todos nos ha dado por hablar del odio últimamente: el odio a las mujeres, el odio a los afrodescendientes, el odio a los judíos, el odio a los que piensan diferente. El odio. El odio. El odio.
Hace dos semanas se estrenó, en el Foro Shakespeare, una de las obras de teatro más importantes que se han hecho sobre el odio en los últimos años y yo tendría que ser el peor periodista del mundo para no recomendársela.
Se llama “Todas las noches de un día”, es de un brillántísimo dramaturgo español llamado Alberto Conejero (“La piedra oscura”) y es hermosa, profunda, poética.
¿Se puede hacer poesía cuando hablamos del odio a las mujeres? Aquí lo hacen. ¿Vale la pena? Mucho. ¿Por qué? Porque sólo así duele. Porque sólo así nuestra transformación está garantizada.
¿Cómo es posible que un texto tan español sea tan mexicano? Yo la veía y pensaba: ¿en verdad está pasando lo que creo que está pasando? ¿Estoy entendiendo bien?
Yo no sé cómo le hacen los actores de esta magnífica puesta en escena de Mauricio García Lozano (“Cabaret”) para no volverse locos porque su nivel de entrega es inhumano.
Hay actores que dan el 100. Mauricio Pimentel (“El amor no tiene receta”) y Samantha Coronel (“Éxtasis puro”) dan el 200.
Desde que salen al escenario lloran, sudan, gritan y no le digo nada más precisamente para que usted se vaya sorprendiendo conforme se vaya desarrollando la acción.
Sí están como para darles un premio. ¡Qué manera de hacer creíble lo increíble! Mauricio es un monstruo. Samantha, una reina. ¡Cuánta energía!
Para que entienda el tamaño de propuesta de la que le estoy hablando, ¿se acuerda usted de lo que siempre se dice del cine de Guillermo del Toro?
Aunque el señor haga terror, siempre se dice que hace poesía. Bueno, aquí es lo mismo y hay algo que no le puedo decir pero que conecta directamente con una de las mejores películas de este genio del cine universal.
“Todas las noches de un día” es una historia de amor, de rechazo, de odio, de deseo, de plantas, de enigmas. Como todo lo que escribe Conejero, es teatro de hoy para el público de hoy y eso pega directo en el alma.
Si en algo aprecia su corazón, vaya inmediatamente a ver esto los viernes, sábados y domingos al Foro Shakespeare. La temporada será muy corta. Ni lo piense. Yo, por ejemplo, pienso regresar. Me encantó. Se lo juro.