Hoy es un día histórico para la televisión mexicana porque por primera vez vamos a tener el privilegio de ver una telenovela antológica.
Por si esto no fuera lo suficientemente importante, este lunes también ocurrirá algo que jamás habíamos visto: un melodrama de contenido social se va a transmitir en el cotizadísimo horario nocturno de Las Estrellas.
¿Así o más claro que las cosas están cambiando? Por supuesto, le hablo del esperadísimo lanzamiento de Vencer el desamor, la nueva producción de la señora Rosy Ocampo.
¿Qué es una telenovela antológica? Se lo voy a explicar con un ejemplo. ¿Usted ha visto series como American Horror Story?
La primera temporada cuenta una historia que comienza y que acaba ahí. Luego, la segunda, cuenta otra historia completamente diferente, pero dándose el lujo de repetir a algunos actores o, incluso, a algunos personajes.
Al final tenemos una especie de gran enciclopedia con muchas historias, pero donde todas giran alrededor de un mismo tema.
Vencer el desamor es el tomo dos de esta antología de telenovelas que inició con Vencer el miedo donde también se repetirán actores, personajes. Nunca habíamos visto algo igual. Es maravilloso.
¿A qué me refiero cuando le hablo de melodramas de contenido social? Al famoso Entertainment Education de Miguel Sabido, a telenovelas que además de cumplir con todos los requisitos de un producto comercial, nos dejan algo bueno, nos orientan.
Esto es la tendencia más importante en la televisión abierta nacional, la más exitosa, la que más gente está sintonizando.
¿Cuál es la nota? Que la suma de La rosa de Guadalupe con esta propuesta podría crear el bloque de programación más sólido, congruente y poderoso de toda la industria de la televisión.
¡Televisa podría repetir, hoy, el mega-cañonazo que tuvo en 1999 cuando construyó aquel legendario bloque de telenovelas formado por Soñadoras, Nunca te olvidaré y El privilegio de amar! ¿Se acuerda?
Cuidado con lo que va a pasar aquí. Ya es histórico, pero se podría poner mejor si consideramos el elemento programación y que, honestamente, Vencer el desamor está buenísima.
¿Por qué? Porque es una telenovela original que, sin dejar de ser tradicional, de ser entretenida, familiar, bonita, aborda algunos de los conflictos que más necesitábamos ver al aire.
Millones de mujeres y de hombres, de todas las edades, no sólo se van a identificar con alguno de esos personajes, van a encontrar soluciones a las cosas que les pasan sin importar si viven en el campo o en las ciudades, si son ricas o si son pobres. Y eso, hoy, no tiene precio.
Tuve el honor de ver el capítulo que se va a transmitir esta noche y todavía no quepo en mí del entusiasmo.
Está escrito con maestría, está producido con profesionalismo, está dirigido con esmero y está interpretado con un talento monumental. Todo en tiempos de covid-19.
Yo sé que Daniela Romo se va a robar la telenovela porque está creando un personaje verdaderamente épico, digno de la época de oro de Catalina Creel y la tía Evangelina.
Pero el resto del elenco también está de alarido. Claudia Álvarez ya está en otro nivel. Julia Urbini le va a robar el corazón. Altair Jarabo se va a consagrar y en este punto me detengo.
Podría estar aquí todo el día elogiando actriz por actriz, pero aquí pasa algo pocas veces sucede en nuestras pantallas: los personajes masculinos son tan fuertes como los femeninos.
Actores como José Elías Moreno, David Zepeda, Juan Diego Covarrubias y Alfredo Gatica lo van a sorprender. Se lo aseguro.
Luche por ser parte de la historia. Luche por ver hoy el estreno de Vencer el desamor a las 20:30 en Las Estrellas. Le va a gustar. De veras que sí.