Voy a comenzar esto, como se debe hacer, por los escritores: ¿qué pasa cuando juntamos a guionistas que han participado en proyectos tan divertidos como “Backdoor” (Charlie Barrientos) y “Relatos macabrones” (Nazareno Pérez Brancatto)?
¿Qué sucede cuando usted los pone a trabajar para titanes de la comedia como Dalilah Polanco (“La familia P. Luche”), Freddy Ortega (de los Mascabrothers) y Rodrigo Murray (“Renta congelada”)?
¿Qué ocurre cuando usted los pone a crear comedia para galanes como Julio Bracho (“De brutas, nada”), Juan Soler (“El amor invencible”) y Cristián de la Fuente (“Sueño de amor”)?
El resultado es hilarante, diferente, la sorpresa del momento. Esto se llama “Chavorrucos” y es la nueva serie mexicana de Prime Video.
Sí, yo sé que el concepto “chavorruco” se asocia a gente como Facundo o a “shows” como el de Adal Ramones y Adrián Uribe, pero aquí es otra cosa.
Nos la venden como una serie que explora la masculinidad y profundiza en la crisis de la edad media. ¡Guácala! ¡Claro que no!
“Chavorrucos” es ver a muchas de nuestras figuras más famosas burlándose de ellas mismas y haciendo cosas que jamás habían hecho.
¿Puede haber algo más divertido que ver a alguien con la trayectoria de Juan Soler asoleando su ano para estar en tendencia?
¿Puede haber algo más chistoso que ver a un señorón como Julio Bracho interpretando a un “sugar daddy” de la comunidad LGBT?
Usted nomás imagínese a una estrella como Cristián de la Fuente como exintegrande de una “boy band” ochentera tipo “Menudo” o a un actorazo como Rodrigo Murray haciendo tactos rectales.
No, y qué le digo de Freddy Ortega ligando chavitas en cantinas de mala muerte o de Dalilah Polanco atendiendo a estos personajes desde la perspectiva de una docta psicóloga que hace barbaridad y media con sus pacientes.
¿Ya agarró la onda de lo bueno que es esto? Ojo: no es una superproducción como “Citadel”, pero tampoco es una comedia romántica como hay decenas en el contexto de los sistemas de distribución de contenidos en línea.
Es una aportación que a mí me encanta porque pone el dedo en la llaga sobre lo que fue, es y será siempre la verdadera comedia: crítica social.
¿Qué pasa con las nuevas masculinidades? ¿Qué ocurre con el tema generacional ahora que vivimos más años que nuestros ancestros?
Evidentemente estamos cometiendo errores, caemos en excesos y todas y todos somos más ridículos. De esto trata “Chavorrucos” y felicito públicamente a todos los involucrados porque se necesita mucho valor para romper esquemas.
No me quiero ni poner a pensar en el infierno que debió haber sido vender esto, escribirlo, convencer a los actores, dirigirlos y montar toda esa producción.
Porque ésa es otra, cada personaje vive en un universo diferente y cada universo diferente implica todo nuevo, distinto, complicado.
Desde las locaciones y el vestuario hasta la edición y la musicalización.
¿Pero sabe qué es lo mejor de “Chavorrucos”? Que aunque el título y la promoción indican que se trata de un proyecto masculino, aquí las “ganonas” son las mujeres.
La gran protagonista es Dalilah Polanco y toda la lectura es la de una mujer que se pitorrea, no de un hombre. ¡De cinco!
Además, en términos editoriales esto es muy positivo. Luche por ver “Chavorrucos” en Prime Video. Le va a gustar. De veras que sí.
