Uno de los retos que tenemos pendientes en nuestra democracia, es la realización de estudios e investigaciones sobre el comportamiento político-electoral de la ciudadanía, es decir, qué grupos poblacionales participan más, de qué regiones, condiciones económicas, laborales, académicas, sociales, etcétera.
Esto nos permitirá fortalecer las actividades de formación y construcción de ciudadanía, porque tendríamos claro cuáles son las motivaciones e incentivos para votar y cuáles no.
Porque sin la participación electoral, no lograremos consolidar la nuestra democracia representativa y sin la participación ciudadana no alcanzaremos la democracia participativa.
Para lograr lo anterior, debemos promover e impulsar la cultura política, la cual debe ser promovida a través de la formación de ciudadanía, tarea que corresponde al Estado en su conjunto, y me refiero a los tres poderes y órdenes de gobierno, así como a los partidos políticos, instituciones públicas, centros educativos y a la ciudadanía.
La participación ciudadana debe ser una construcción constante y la ciudadanía debe contar con herramientas que le ayuden a conocer la información generada por el ejercicio de su voto.
Por otro lado, la participación electoral es un ejercicio de las y los ciudadanos y es sin duda, el acto más visible de la participación de las y los integrantes de una sociedad.
El escenario menos favorable es justamente, la presencia de un desinterés de la ciudadanía en las urnas, ya que se corre el riesgo de un debilitamiento de la legitimidad de quienes sean electos y electas, lo cual incide directamente en la estabilidad y gobernabilidad.
Cabildos y parlamentos abiertos
Primero debemos mencionar que, de acuerdo con la Declaración de Transparencia Parlamentaria de 2021, se define al parlamento abierto como la interacción pública que incorpora, abre, transparenta e informa con ética, memoria, oportunidad, exhaustividad y datos abiertos, la representación y los procesos derivados de las facultades constitucionales, legales, reglamentarias y regulatorias de las y los legisladores y cuerpos legislativos.
Algunos consideran el parlamento abierto como un estilo de representación y trabajo dentro del Congreso de frente a la ciudadanía. La transparencia en procesos de toma de decisiones y gastos, la accesibilidad y la información sistematizada y en formatos que permitan su uso accesible y gratuito son elementos importantes del parlamento abierto.
El parlamento abierto puede ser utilizado como una táctica común para realizar foros de consulta y promover un tema con poco perfil o dilatar la discusión de un asunto difícil. Cabe mencionar que los foros de consulta también tienen una función socializadora.