Política

Vientos huracanados de realidad

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Acapulco, Guerrero.

El huracán Otis trajo vientos de realidad a México. No se previno a la población como se debía y mucho menos se atendió con la inmediatez necesaria desde el primer día.

¿En qué me baso para hacer estas afirmaciones? En lo que vi el jueves pasado en mi recorrido por Acapulco y lo que ahora veo al regresar. ¿Y con qué lo comparo? Con lo que vi hace un año en Florida, tras el paso de Ian. Si bien Otis sorprendió por la velocidad con que incrementó su magnitud, tanto el Centro Nacional de Huracanes de EU como el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) alertaron de la trayectoria y de la posibilidad de que tocara tierra como un fuerte huracán. Lo sabían porque la temperatura del mar y ambiental lo hacían factible, de acuerdo a lo que me explicó la doctora Aracely García del SMN.

En Florida avisaron días antes de lo que venía, pidieron a la población evacuar. Muchos hicieron caso, otros ignoraron el aviso y pasaron la peor noche de sus vidas.

Avisar no siempre trae los efectos deseados. Hay quienes prefieren resguardarse en casa a dejar sus propiedades, otros simplemente no tienen adónde ir. Pero esa decisión debe ser de la ciudadanía y no de quienes ignoran advertir a su población. Un tuit no es suficiente.

En Florida conocían los riesgos y sabían dónde estaban los refugios en caso de requerirlos. Las estaciones de radio no dejaron de transmitir advertencias y actualizaciones sobre la emergencia.

Ian arrasó con vientos acompañados de una fuerte marejada destruyendo hasta un puente vehicular. Las endebles construcciones estadunidenses no resistieron en la zona costera. La isla Sanibel quedó completamente inundada. Los semáforos estaban tirados, no había luz y las gasolineras tampoco servían. Se contabilizaron más de 100 muertos.

La desgracia es inevitable, pero la respuesta a una emergencia sí hace la diferencia. Desde la noche siguiente se decretaron toques de queda para evitar saqueos, las calles estaban repletas de patrullas, dos días después se restableció la electricidad en buena parte de la zona afectada; ya había agua potable, con lo que empezaron las labores de limpieza, y los apoyos económicos empezaron a otorgarse.

Esta noche se cumplirá una semana de que Otis tocó tierra y arrasó con Acapulco. Hay ayuda pero insuficiente, algo de seguridad, poca luz y poca agua. Su intensidad dejó vientos huracanados de realidad: estamos atrasadísimos en acciones de prevención y respuesta ante huracanes y la atención de los responsables estaba en otra cosa.


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Alejandro Domínguez
  • Alejandro Domínguez
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  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnNotivox L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
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