Si teníamos finanzas tan sanas, ¿para qué invertir los recursos de los poblanos (600 millones de pesos) en una institución financiera poco confiable como Accendo Banco?
Si se gozaba de estabilidad económica, ¿por qué no se tomó la valiente decisión de frenar un pleito con el SAT que ya teníamos perdido y pagar lo que en ese momento, seguro eran menos de 2 mil 600 millones de pesos?
Es más, si por años tanto criticó y señaló al morenovallismo, ¿por qué no aprovechó la coyuntura para meter a la cárcel a los responsables ante la evidencia de un desfalco mayúsculo?
Son más las dudas que surgen que las respuestas que se obtienen ante las revelaciones hechas por el gobierno sustituto donde se descubrió que Rafael Moreno Valle quiso “chamaquear” a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que en tiempos del entonces presidente Felipe Calderón otorgó beneficios fiscales a las entidades federativas que cumplieran ciertos criterios para hacer válido un concepto de devolución.
Lo que hemos deshilvanado es:
1.- Que el mismo Moreno Valle contrató un despacho para confrontarse al “tú por tú” con el SAT aun sabiendo que el gobierno estatal llevaba las de perder.
2.- Que parte del distanciamiento del entonces gobernador Antonio Gali con su predecesor se comenzó a originar porque la propuesta de “Tony” era pagar una suma, que en ese entonces ascendía apenas a poco mas de 1 mil millones de pesos, idea que rechazó Moreno Valle, montado en su berrinche pues pagar significaba reconocer que se había equivocado.
3.- Que durante el interinato de Guillermo Pacheco Pulido, su secretario de Finanzas, el priista Jorge Charbel Estefan Chidiac (hoy muy cercano al gobernador sustituto), logró resolver lo más complejo del conflicto legal. Prácticamente nos habíamos salvado del dictamen en contra de las finanzas estatales pero el tiempo fue insuficiente ya que llegó Miguel Barbosa a gobernar Puebla.
4.- Que era cosa de empujar el balón, pero con la designación de María Teresa Castro Corro, hizo un “chanfle” y el balón fue mandado a las tribunas; lo hecho meses atrás se vino abajo.
5.- Que por tres años el mismo gobernador que presumía finanzas sanas, nos ocultó a los poblanos lo que verdaderamente estaba ocurriendo y a ello le sumó tomar los recursos del erario e invertirlos en un banco “patito”.
6.- Que tuvo que ser el gobierno sustituto quien detuviera la bronca (pudiendo heredarla al siguiente mandatario o mandataria) pero aun así, el daño estaba hecho.
Y en esta encrucijada nos encontramos ahora, con una deuda de la que nos llevará mucho tiempo recuperarnos y de la que no hay “caldo de pollo y chile picao” que pueda remediarlo.