Política

Lotería Tapatía (Doceava parte)

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  • Alan Ruíz Galicia

¡La Sirena!

¡La Sirena!
¡La Sirena!

En la fotografía, Rita aparece con un vestido rojo que resalta su cintura esbelta, sus pechos firmes y redondos, su piel blanca como la nieve y sus labios color fuego. Mike observó embelesado la imagen en Happn (una aplicación de citas que permite conectar con las personas con las que te has cruzado en la calle o que están cerca de tu ubicación) y quedó deslumbrado por la belleza de Rita desde el primer instante. Ella era originaria de Rusia, pero estaba viajando por el mundo, y decidió permanecer unas semanas en Guadalajara, donde se cruzó con Mike, un tapatío que trabaja como ingeniero de sonido y cuya máxima pasión es tocar la batería.

Rita y Mike se gustaron mutuamente, y luego de platicar por mensaje, acordaron salir una noche para conocerse en persona. Mike sabía que era una oportunidad única, así que decidió organizar una cena en su casa; para esa velada utilizó sus mejores técnicas de cocina y planeó una interesante curaduría de anécdotas personales para deslumbrarla. La estrategia funcionó. Esa misma noche, Rita se quedó a dormir con él, y en la mañana, cuando Mike despertó y la encontró recargada sobre su brazo, supo que era un hombre afortunado.

Mike es brillante, ingenioso y alegre. Fue adicto al cristal desde sus veintidós hasta los veintinueve. Me dice que desde hace seis años “está limpio” y que logró superar su etapa de uso de drogas duras después de tocar fondo y buscar ayuda para rehabilitarse. Su consumo estuvo vinculado a fiestas de música electrónica y a un circuito de amistades que estaban enganchadas a diversas sustancias. Me confiesa que en realidad nunca le gustó el cristal, y que de hecho consumirlo le provocaba una sensación muy desagradable, pero que llegó un momento en que desarrolló una adicción y físicamente lo necesitaba para encarar su vida. Actualmente Mike acude a un centro de rehabilitación, donde participa un par de veces a la semana (aunque reconoce que debería ir con más regularidad). Dice que, aunque a sus compañeros no les gusta, de vez en cuando él se toma una caguama o se fuma un porro, porque su problema era el cristal, no estas sustancias. Por lo que me cuenta, estas pequeñas permisiones no han sido un problema en su vida, y de hecho puedo constatar que es un tipo funcional, sensible y muy agradable. Cuando se lo hago notar, me responde con una sonrisa sarcástica: “una parte importante de haber sido adicto es que desarrollas mucho carisma, pues necesitas persuadir y convencer a otros para obtener lo que necesitas y para justificar tus comportamientos”.

Mike admite que conocer a Rita marcó un antes y un después en su vida. Su relación fue desde el principio muy pasional y profunda. Crearon una conexión física y emocional vibrante, por lo que al poco tiempo de conocerse decidieron comenzar a vivir juntos. Meses después, y para simplificar la estancia de Rita en México, decidieron casarse. Sin embargo, las cosas no salieron como deseaban: problemas de consumo de drogas, incompatibilidad de estilos de apego (ella era evitativa y él ansioso) y las brechas culturales desgastaron su relación. Además, Mike dice que ella “se descuidó” físicamente durante su relación, de manera que en un punto también dejó de atraerle. Él reconoce que cometió sus propios errores. En cualquier caso, la situación se volvió insostenible y decidieron terminar su relación, luego de cuatro años de estar juntos.

Tras la ruptura, ella dejó México y volvió a su país. Dejaron de verse por un tiempo, hasta que, por motivos prácticos, Mike la convenció de que formalizaran legalmente su divorcio. Él cuenta que, antes de firmar el acta de separación, Rita todavía lo miró, con un aire de indecisión, como preguntándole con los ojos si no había alguna pequeña esperanza para ellos. Mike recuerda que hizo un gesto de negación con la cabeza, y entonces ella llenó el campo vacío con su rúbrica. Después de eso, se despidieron. Nunca se volvieron a ver.

Una semana después de su divorcio, Mike estaba en su estudio de grabación cuando un amigo le escribió para preguntarle si se había enterado de las noticias sobre Rita. Cuando indagó al respecto, supo que entre grupos de WhatsApp de extranjeros residentes en Guadalajara se estaba compartiendo una noticia de una agencia rusa en la que se informaba que la ciudadana Margarita Leonova (“Rita” para sus conocidos mexicanos) se había suicidado al prender fuego a su casa, matando a su madre en el lugar y obligando a su padre a lanzarse desde un tercer piso para salvar su propia vida. Mike nunca aprendió ruso, por lo que apenas entendía lo que se explicaba en la reseña de la tragedia. Lo que nunca olvidará es que, en la fotografía de la nota, Rita aparece con un vestido rojo que resalta su cintura esbelta, sus pechos firmes y redondos, su piel blanca como la nieve y sus labios color fuego.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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