En tiempos de tensiones comerciales, presiones económicas y reajustes globales, México ha decidido mirar hacia dentro. El relanzamiento del distintivo “Hecho en México” es un movimiento estratégico para reposicionar a nuestro país en el escenario internacional desde sus propias capacidades productivas. Y es también una invitación a mirar con orgullo lo que hemos sido capaces de construir desde nuestros propios estados, particularmente desde Hidalgo.
El distintivo va más allá de lo comercial. En esencia, es una afirmación de identidad, de soberanía y de visión de futuro. El relanzamiento de la imagen creada en 1978 y actualizada este año, vuelve a colocar al país en la ruta del desarrollo tecnológico, con un nuevo sello que irá apareciendo cada vez más en supermercados, empaques, etiquetas y plataformas digitales.
Pero este sello, además de identificar productos nacionales, exigirá compromiso: quienes lo porten deberán demostrar prácticas sostenibles alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Lo interesante de este nuevo capítulo en la política económica nacional es que no se limita a los grandes corporativos.
El Plan México busca integrar a pequeñas, medianas y grandes empresas, reconociendo en cada una el potencial de ser parte del cambio estructural. Y entre esas empresas, es fundamental reconocer aquellas que nacieron, crecieron y siguen apostando por el desarrollo desde estados como Hidalgo.
Pocas entidades pueden presumir el dinamismo empresarial que ha distinguido a Hidalgo en los últimos años.
Desde fábricas textiles y empresas de calzado industrial, hasta compañías agroalimentarias consolidadas y de la industria automotriz, entre muchas otras, la entidad se ha convertido en cuna de negocios orgullosamente mexicanos que han sabido adaptarse, innovar y competir, incluso sin los grandes reflectores mediáticos.
Empresas como TEXIN, con su capacidad de innovación textil; Santa Clara, cuya producción y distribución de lácteos con sello hidalguense se ha posicionado a nivel nacional; así como TEN-PAC, TE-MO y DURAMAX, referentes en calzado industrial; demuestran que el talento y la capacidad productiva hidalguense se sostiene sobre pilares de calidad, constancia y visión a largo plazo.
Temperados, por su parte, representa una nueva generación industrial centrada en la transformación del vidrio templado, con potencial de expandirse más allá del mercado local.
La apuesta gubernamental por el relanzamiento del sello “Hecho en México” llega en el momento justo. A poco más de un mes de su presentación, ya son miles las empresas que han solicitado obtener la certificación federal. Y si bien esto implica procesos administrativos, también representa una oportunidad inigualable para construir una narrativa diferente de país: una que hable de capacidad, talento y orgullo productivo.