Cultura

Exoplanetas

Si tomamos en cuenta la cantidad de planetas posibles, solo cabe aguardar que aparezcan sitios con características que nos permitan establecer conjeturas lógicas

La pregunta de si hay vida en otras partes del universo es un tema que viene desde la antigüedad. En tanto que no hemos descubierto nada aún, pareciera que nos estamos acercando a contestar esa importante cuestión. Lo digo por el descubrimiento de exoplanetas y por las muestras recogidas en asteroides, entre otros ensayos. Y no tardaremos en llegar a las lunas de Júpiter para averiguar qué carajo hay ahí. Cuestión de tiempo.

Planetas y lunas son sitios idóneos para generar vida. Si descubrimos cualquier indicio de ésta en alguna de las lunas de Júpiter avanzaremos hacia una teoría propiamente sobre la organización y evolución molecular y puede ser que descubramos que la vida tal y como la conocemos sea un proceso normal, una tendencia de la materia. Aunque, hablando francamente, no lo creo. Le explico.

La vida en la Tierra es un fenómeno muy delicado que solo funciona dentro de un rango de proporciones fisicoquímicas; sí, hemos extendido estos valores observando bacterias, algas y organismos como los tardígrados sobreviviendo en condiciones extremas de temperatura, acidez, salinidad, etc. Pero son condiciones que, en otros mundos, quizá no sean tan extremas como para albergar algún tipo de vida. Con esto quiero decir que la vida, tal y como la conocemos en nuestro planeta podría encontrarse en otros mundos que presentasen condiciones fisicoquímicas similares al nuestro, pero no me aventuraría a declarar que esto representa una tendencia universal, solo en ciertos escenarios específicos y altamente improbables. Entonces: ¿cuáles son las posibilidades de encontrar vida en otros mundos? Debemos acercarnos a tal cuestión con extrema precaución y no caer en la tentación de creer que somos la pauta, la fórmula a seguir para generar, en todo el cosmos, seres como nosotros. Ojalá y eso no ocurra, por cierto. Ese experimento en la Tierra salió bastante mal.

Demos rienda suelta a la imaginación, pero no en un ejercicio absurdo y desmedido, que lo único que puede generar son disparates y desvaríos. Imaginemos, pero bajo un marco de ficción científica. Así, habrá que concebir escenarios con formas de vida estrambóticas para nosotros, pero comunes en otros mundos, la vida ahí no sería como lo esperamos; en la célebre novela de Estanislao Lem, Solaris, encontramos que un planeta entero con un mar protéico e inteligente representa una unidad viva, un protoplasma gigantesco capaz de percibir estímulos, procesarlos y reaccionar de manera consciente. Entonces, vislumbramos aquí que la característica esencial de todo fenómeno viviente no sería necesariamente una configuración molecular específica ni con capacidades autorreplicativas ni bajo un proceso evolutivo como el que conocemos, sino un parénquima orgánico mezclado con elementos protéicos, minerales, metálicos, gases, geles, plasma e impulsos eléctricos capaz de procesar estímulos externos y convertirlos en información, la cual sería acumulada y transformada para generar una consciencia de sí misma. Saque usted las matemáticas sobre la probabilidad de que semejante estructura pueda existir en el universo.

Si tomamos en cuenta la cantidad de planetas posibles, solo cabe esperar que aparezcan algunos sitios con características tales que nos permitan establecer conjeturas lógicas, mezcladas con una buena dosis de imaginación, para crear sistemas de vida interesantes. Pero cada uno de estos mundos posee su fenomenología propia, —pues no pueden existir dos mundos iguales— y solo habría que considerar las permutaciones probables y posibles para cada uno de ellos.

Lo cierto es que estamos solos y obsesionados por encontrar una réplica nuestra en cualquier parte —y tiempo— del universo.

Yo, desde nuestro pequeñísimo y maravilloso planeta, contemplo el cielo en una noche despejada, miro la infinitud de pequeños puntitos luminosos y titilantes allá arriba y me pregunto si algo o alguien hace lo mismo, en este tiempo o en otro ya caduco, y se formula las mismas preguntas que yo.

Quizá todas estas conciencias que puedan existir en esos enormes vacíos estelares sepan que, al final, siempre hemos estado, y estaremos, solos.

Solo nuestras peguntas y anhelos persisten.


Google news logo
Síguenos en
Adrián Herrera
  • Adrián Herrera
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.