Política

El testamento presidencial

El testamento es un acto jurídico, personalísimo, revocable y libre, por el cual una persona dispone de sus bienes para después de su muerte. Ese es el concepto legal.

No existe impedimento para que un presidente en funciones otorgue un testamento, pues es un ciudadano como cualquiera. López de Santa Anna el epítome del conservadurismo otorgó tres, uno en Palacio Nacional, el 7 de septiembre de 1844, otro en San Juan de Ulúa, el 23 de septiembre de 1867, y el del 29 de octubre de 1874 en la Ciudad de México. Lo hizo Juárez, lo hizo Madero. Nada nuevo, pues.

Pero hablamos de un testamento jurídico. El testamento político es otra cosa. Nadie debiera pensar que, con este documento, el presidente habrá de nombrar a su sucesor en caso de que se produjera su muerte. No estamos en un régimen monárquico o imperial como para heredar el poder ni analógicamente en medio de un Consistorio como para pensar en un Cardenal In Pectore.

En caso de muerte del presidente en funciones, la Constitución tiene reglas bastante claras al respecto. Esta hipótesis se encuentra en el artículo 84, y por supuesto que no se necesita de un testamento para la transmisión del poder, y aunque el presidente otorgase uno, carecería de validez y eficacia. Un testamento político es un mensaje póstumo de contenido ideológico. Uno igual lo otorgó López de Santa Anna en 1874, porque “sería un instrumento útil para destruir la propaganda de mis enemigos relativa a la fortuna fabulosa que me han atribuido”.

Las críticas al presidente no tienen sentido. Su deseo es trascender; lo ha puesto de manifiesto repetidamente, desde su lema de la Cuarta Transformación, con las obras del aeropuerto, Dos Bocas y el Tren Maya; si el Presidente quiere que al morir haya alguien que continúe con su proyecto para que éste trascienda, está en su derecho para dejar ese mensaje a sus seguidores. Claro, siempre y cuando la sucesión llevada a cabo conforme al Artículo 84 lo permita, y siempre y cuando el sustituto sea un afín, porque si quien llegara a la Presidencia no coincide con su proyecto, hasta allí habrán de llegar sus sueños.

Esto del testamento político no es mas que otra Opera Bufa que solo distrae y divide. Tenemos cosas más importantes que atender en el país. 

Abel Campirano

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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