Ciudad de México /
Por: Rodolfo Franco Franco
Ilustración: Patricio Betteo
Madero pensó, en su momento, que podría ganarse la lealtad del mismo Ejército federal que combatió y, por ello, desbandó al Ejército Libertador que había derrocado a Porfirio Díaz. El resultado fue un golpe de Estado y la dictadura militar de Victoriano Huerta. La apuesta militarista actual de la autodenominada cuarta transformación encierra los mismos riesgos que persiguieron a Madero y que han dado al traste con otras democracias en la región y el mundo. Pero asumir ingenuidad implica pasar de una pesadilla horrible a una realidad brutal, y exonerar por ignorancia a los artífices de esta decisión.