Ciudad de México /
Por Manuel Toral
Ilustración: Guillermo Préstegui
Cuando López Obrador afirma que la multa impuesta por el INE es una “vil venganza” no sólo no se hace responsable, como líder del partido envuelto en la investigación, sino que comete un acto inmoral al permitir que la duda razonable cimbre la legitimidad de su triunfo. Incluso si los tribunales le dieran la razón a Morena, este escándalo ya parece cobrar sus primeras víctimas: la completa confianza al proyecto progresista del gobierno entrante. Habrá que esperar a que la nueva primera fuerza del país haga uso de su derecho de audiencia para conocer mejor sus motivaciones e instrumentos.
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