Por: Antonio Rojas Canela
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Como bien se sabe por las teorías de organización industrial, un mercado con muchos oferentes y muchos demandantes generalmente es uno en el que ningún agente tiene poder para influir en el precio (o en otras condiciones) al que se comercializan los bienes; es decir, ningún agente tiene poder de mercado, de modo que el resultado de mercado depende del equilibrio entre la oferta y la demanda de los bienes. Lo anterior se refuerza si ninguno de los oferentes o demandantes representa un volumen importante para el mercado, así que no tiene poder de negociar el precio y las condiciones de comercialización debido a que su participación es poco significativa y, por ende, prescindible para el mercado. En el sistema fragmentado, cada organización del sector público acudía al mercado de medicamentos como uno de muchos compradores y con una demanda separada del resto de organizaciones, por lo que tenía un nivel similar al de cualquier empresa privada en cuanto a su poder de mercado.