El 15 de septiembre no sólo se celebra en plazas y hogares, también representa uno de los momentos más rentables del año para la industria restaurantera en México.
La noche del 'Grito' detona un repunte en ventas que supera con creces a jornadas ordinarias, impulsado por mesas llenas, copas de tequila y mezcal en alto, y un menú patrio que mezcla tradición con negocio.
Por una 'noche mexicana'
La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) y otras cámaras empresariales confirman que estas fechas son de las más lucrativas del año, en ciudades con fuerte atracción festiva, como:
- Guanajuato
- Querétaro
- Ciudad de México (CdMx).
La dinámica económica trasciende los platillos: hoteles llenos, terrazas con vistas privilegiadas al Zócalo y consumidores dispuestos a pagar lo que sea por vivir una auténtica “noche mexicana”.

Para entender mejor este fenómeno, MILENIO conversó con Eduardo Mercado Peña, CEO de la Consultoría Gastronómica y Hotelera Integral (Congahin), quien nos explicó los factores que convierten a las fiestas patrias en un escaparate vibrante y rentable para el sector.
Mercado Peña detalló que en el sector, la tradición de celebrar en grande se convierte en un motor que impulsa al sector restaurantero, que les dejará una derrama "extraordinaria", en algunos casos, de "hasta un 50 por ciento más en comparación con un día común".
Además, los empleos que hay detrás de un pozole, la agricultura, por ejemplo, empleó en 2025 a más de 6.4 millones de personas.
Tan sólo el cultivo de maíz que es el ingrediente esencial para la masa de los antojitos y la base del pozole ha generado trabajo para 1.5 millones de personas en el primer trimestre del año.
A ello se suma la producción de rábanos, con más de 69 mil toneladas anuales, y la crianza de cerdos, que generó cerca de 44.9 mil empleos en el mismo periodo, pues cada ración de este guiso tradicional conecta directamente con el campo, la ganadería y los productores locales.
Según estimaciones de organismos empresariales, sólo en estas fechas se espera una derrama de 37 mil 500 millones de pesos, lo que convierte al pozole, los pambazos y los chiles en nogada en motores de actividad económica que van desde el campo hasta el comedor.
¿Qué venden más los restaurantes en fechas patrias?
Las mesas mexicanas en septiembre tienen protagonistas indiscutibles, el pozole (en sus múltiples versiones: rojo, verde, blanco, de cerdo o pollo) encabeza la lista; le siguen los pambazos de papa con chorizo, los sopes con distintas proteínas, y por supuesto, los chiles en nogada, cuya temporada coincide con las fiestas patrias.
“El chile en nogada sólo se consume en estas semanas, lo que lo convierte en un platillo muy buscado, el pozole es otro clásico. Y en cada región hay particularidades: en el norte, las carnes asadas se vuelven protagonistas el 16; en el sureste, la cochinita pibil aparece como opción familiar; y en las zonas urbanas, los antojitos tradicionales no faltan” cuenta Mercado Peña.
Las bebidas también juegan un papel crucial, pues como bebidas tradicionales, el tequila y el mezcal se posicionan como los reyes del consumo.
Sin embargo, en la coctelería, se exploran mezclas que reflejan los colores de la bandera: “horchata para el blanco, agua de limón para el verde y agua de fresa para el rojo”, dice Mercado.
También explica que los turistas extranjeros se inclinan por bebidas como el tequila o cócteles elaborados para vivir la experiencia; sin embargo, los mexicanos disfrutan tanto el trago directo de mezcal.
“Es el momento en que los márgenes de utilidad crecen, porque además del gasto en alimentos, el consumo de alcohol dispara el ticket promedio”, afirma Mercado Peña.
¿Cuánto gasta una familia mexicana en las fiestas patrias?
Hay tendencias claras, pues en restaurantes, las noches mexicanas pueden ir desde los 150 o 200 pesos por persona en paquetes sencillos, hasta los 7 mil pesos en terrazas con vista privilegiada al Zócalo capitalino.
En casa, los costos tampoco son menores.
“En los últimos meses, los insumos como la carne de res o el pollo han incrementado entre un 10 y 15 por ciento, eso significa que si antes una familia gastaba dos mil pesos en su cena, este año pagará un poco más, como 2 mil 300”, señala Mercado Peña. Todo esto en promedio y aproximado, dependiendo del consumo e integrantes.
La diferencia está en la experiencia: en casa, la celebración es más económica pero recae en el esfuerzo de cocinar, en un restaurante, el costo es mayor, pero se compra comodidad, ambiente y espectáculo pero en ambos casos, el gasto representa un movimiento económico importante que se refleja en todo el sector, desde los productores hasta los meseros.

Ya no tenemos reservaciones
El calendario patrio ofrece dos momentos claves, pero no con el mismo peso.
El CEO de la Congahin remarca que “la gente decide salir a celebrar, hacen reservaciones con anticipación, se organizan noches mexicanas con menús especiales, música en vivo y decoraciones temáticas.”
Incluso nos contó que ese día los restaurantes pueden incrementar en promedio un 30 por ciento en sus ingresos y en ciudades turísticas o de gran tradición, como Guanajuato o Querétaro, el alza llega al 50 por ciento.
Para el siguiente día (16 de septiembre), en cambio, tiene otro matiz, es el día feriado oficial, los desfiles y las actividades familiares que marcan la jornada.
Algunos restaurantes abren con brunch patrios, sobre todo en hoteles con vista privilegiada a la Avenida Reforma en la Ciudad de México, sin embargo, muchos comensales ya no llegan con el mismo entusiasmo.
“El 16 es cuando entra la famosa cruda, se consume, sí, pero no con la misma euforia, el gran festín fue el día anterior”, apunta el especialista.
¿Cómo aprovechan estas fechas los restaurantes pequeños?
No todo se trata de grandes restaurantes en plazas céntricas o terrazas con vista al Zócalo, pues los negocios pequeños también encuentran en estas fechas una oportunidad para generar ingresos adicionales, aunque de otra manera.
“Los pequeños restaurantes, aquellos que no tienen ubicación estratégica o capacidad de recibir grandes grupos, pueden aprovechar el delivery y los pedidos especiales”, explica el experto.
La parte de los 'restaurantes barriales' ofrecen en el menú paquetes de pozole por litro, cazuelas de cochinita pibil, enchiladas, tamales o postres tradicionales como churros y buñuelos; también surgen los combos familiares y las órdenes listas para recoger.
El secreto, dice Mercado Peña, está en la planeación:
"Promocionar los menús con anticipación, usar aplicaciones de reparto y garantizar que el producto llegue a tiempo y con calidad".
Este modelo permite que negocios pequeños compiten indirectamente con las grandes tabernas, a lo mejor no venden la experiencia del mariachi en vivo, pero sí logran ser parte de la mesa mexicana en los hogares, lo que se traduce en ventas "extraordinarias".

KL