Lael Brainard, la segunda al mando de la Reserva Federal de Estados Unidos, es candidata a convertirse en la próxima economista en jefe de la Casa Blanca, en lo que sería una importante reorganización del banco central, que se enfrenta al peor problema de inflación en décadas.
La administración Biden está considerando a Brainard, que trabajó como subsecretaria de Asuntos Internacionales en el Departamento del Tesoro durante la administración de Barack Obama, para sustituir a Brian Deese como próximo jefe del Consejo Económico Nacional, dijeron personas familiarizadas con el asunto.
Deese ocupa el cargo desde 2021 y ayudó a dirigir la política económica de la Casa Blanca durante las crisis del covid-19 y el repunte de la inflación que le siguió. Aunque se espera que el cargo, todavía no se fija una fecha para su salida.
Hay otros aspirantes al puesto y Biden todavía no toma una decisión definitiva al respecto, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto. También se está considerando a Gene Sperling y Bharat Ramamurti, actuales funcionarios de economía de la Casa Blanca, así como a Sylvia Mathews Burwell, ex directora de presupuesto y presidenta de la American University.
En caso de ser elegida, su salida dejaría vacante un puesto de liderazgo en la Reserva Federal, que se enfrenta a la disyuntiva de cuánto subir la tasa de interés oficial después de su campaña más agresiva desde principios de la década de 1980. Después de elevar la tasa de interés de los fondos federales más de 4 puntos porcentuales desde marzo mediante una serie de enormes aumentos en las tasas de 0.75 puntos, las autoridades se preparan para volver a incrementos más habituales de un cuarto de punto en su próxima reunión de política monetaria de la semana que viene.
Brainard, una demócrata que tiene casi una década en la Fed, desde hace mucho tiempo es una de las voces más moderadas del Comité Federal de Mercado Abierto, abogando por un enfoque prudente a la hora de endurecer la política monetaria y que se tomen en cuenta los posibles riesgos económicos y financieros asociados al rápido aumento de los costos del endeudamiento.
También aboga por una regulación más estricta de los grandes bancos del país y por que el banco central incorpore de forma más directa los riesgos relacionados con el clima a sus responsabilidades de supervisión, posturas que le valieron el aplauso del ala progresista del Partido Demócrata.
Antes de su nombramiento como vicepresidenta en noviembre de 2021, Brainard también era considerada una de las principales aspirantes a ocupar el puesto más alto de la Reserva Federal y, antes de eso, el de secretaria del Tesoro.
Si Brainard sustituye a Deese, la administración Biden tendrá que nombrar a otro vicepresidente, después de que remodeló de forma drástica la cúpula del banco central. Además de volver a nombrar presidente a Jerome Powell, la Casa Blanca nombró gobernadores a los economistas Lisa Cook y Philip Jefferson, y vicepresidente de supervisión a Michael Barr.
La elección inicial de Joe Biden para el puesto de supervisora, Sarah Bloom Raskin, fue bloqueada por los legisladores, que discreparon con sus llamados a los reguladores para ser más proactivos respecto a los riesgos financieros relacionados con el clima.
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