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El segundo mandato de Donald Trump y sus diversas decadencias

FT MERCADOS

Las nuevas tarifas a visas, aranceles y presiones corporativas asfixian el dinamismo que sostuvo a la economía estadunidense en el pasado.

La ambigüedad es un problema económico. ¿Ayudará o perjudicará a la economía de Estados Unidos la nueva tarifa de 100 mil dólares que Donald Trump ha impuesto a las solicitudes de trabajadores temporales calificados bajo la visa H-1B? 

La Casa Blanca no se equivoca al decir que los recién graduados en ciencias computacionales en Estados Unidos (EU) encontrarán más fácil el mercado laboral, si las empresas deben pagar por contratar personal extranjero. Pero este efecto se ve contrarrestado por el daño a las perspectivas de las compañías que usan la visa H-1B y sus empleados, las empresas que decidan mudarse al extranjero para evitar los nuevos costos, las que no se lancen a crecer por falta de personal adecuado y aquellas que se beneficiaban del poder adquisitivo de los trabajadores con H-1B. En conjunto, la evidencia sugiere que estas visas mejoraron el nivel de vida en EU, aunque redujeron ligeramente los salarios de quienes enfrentaron mayor competencia en su especialidad.

Sin embargo, cuando se suman estas tarifas migratorias al canon económico de Trump, la ambigüedad desaparece. El segundo mandato del presidente ha sido hasta ahora un ataque al dinamismo económico de EU, con pocos de los beneficios en desregulación o recortes de impuestos que caracterizaron a su primera administración.

Gran parte de la discusión en torno a los aranceles se ha enfocado en sus efectos inflacionarios o recaudatorios, pero el verdadero daño a la economía proviene de su capacidad para frenar negocios rentables, igual que lo haría un conjunto cambiante de regulaciones nocivas. ¿Puede un nuevo fabricante garantizar que tendrá acceso a acero y otros insumos a precios razonables o resulta demasiado arriesgado iniciar una línea de producción? ¿Le conviene a un minorista firmar un contrato de importación a largo plazo si no tiene certeza de sus márgenes o precios finales de venta?

De igual modo, el endurecimiento contra la migración y los trabajadores indocumentados puede responder a los temores de algunos estadunidenses, pero afecta la oferta laboral y el crecimiento económico. Parte de la debilidad en los permisos de construcción y en los inicios de obra en EU podría deberse a tasas de interés restrictivas, pero es igualmente probable que sea causada por la escasez de trabajadores de la construcción.

ÉL DICE

"Aunque los mercados financieros aún no lo perciben

El entorno empresarial y económico en EU ha empeorado de manera decisiva” 

Cuando el presidente exige un “soborno” de 15 por ciento a cambio de conceder licencias de exportación a Nvidia y AMD para vender semiconductores a China, no cabe duda de que esto daña la inversión corporativa en toda la economía estadunidense. Cualquier líder empresarial que no se pregunte si será el siguiente en la lista no debería ocupar ese cargo. Lo mismo aplica para los bufetes que realizan trabajo pro bono en las causas favoritas de Trump. Nada de esto mejora la productividad de las empresas ni la del sector legal en general. El mero tiempo y esfuerzo que los directivos dediquen ahora a congraciarse con Trump socava la competitividad de sus compañías. Basta preguntar a Elon Musk.

Todos estos son choques negativos de oferta de gran magnitud, de los que pocos sectores logran escapar. Reducen la oferta laboral justo en el momento en que más trabajadores estadunidenses se están jubilando y disminuyen prácticamente a cero el crecimiento mensual del empleo compatible con un desempleo estable. Hace apenas unos meses, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jay Powell, pensaba que la economía estadunidense podría sostener un crecimiento de 150 mil a 200 mil empleos al mes sin generar inflación. Limitarse a que solo los estadunidenses hagan trabajos de bajo valor agregado no es el camino hacia mayor productividad ni mejores niveles de vida.

Estos golpes al lado de la oferta también repercuten en los precios, añadiendo presión a una inflación persistentemente por encima del objetivo. En el corto plazo, la Fed ha sido favorecida porque la demanda se ha debilitado tanto como la oferta, pero esta fase podría resultar pasajera. El recorte de un cuarto de punto en la tasa de interés la semana pasada se justificó como una recalibración del equilibrio de riesgos entre desempleo e inflación. Pero, con los consumidores animados por precios récord en la bolsa y condiciones financieras laxas, es probable que las empresas intenten trasladar sus mayores costos en los próximos meses.

Todo esto difiere del primer mandato de Trump. Entonces, los choques de oferta fueron mínimos en comparación, y la considerable holgura que dejó la crisis financiera mundial permitió que el crecimiento económico despegara gracias a los recortes fiscales de 2017. Aunque la ley presupuestaria aprobada en verano extendió esos recortes, ahora se ven contrarrestados por nuevos impuestos de gran calado en forma de aranceles. La Oficina Presupuestaria del Congreso prevé que el endurecimiento fiscal derivado de ellos será al menos tan grande como la relajación que generó la One Big Beautiful Bill Act (Gran y Hermoso Proyecto de Ley).

Las nuevas tarifas a visas, aranceles y presiones corporativas asfixian el dinamismo que sostuvo a la economía estadunidense en el pasado.
La economía, los aranceles y las empresas se han visto en juego tras las decisiones radicales de Donald Trump. REUTERS.

Esto significa que, salvo que el presidente sea rescatado de sus errores de política por un repunte de productividad impulsado por la inteligencia artificial, las empresas estadunidenses deben prepararse para un crecimiento más débil y los hogares deben esperar menores mejoras en su nivel de vida. Para otros países, una economía estadunidense  más débil debería ser un incentivo para emprender reformas internas que fortalezcan su propia oferta, lo que les permitiría gastar más sin generar inflación.

Aunque los mercados financieros aún no lo perciben, el entorno empresarial y económico en EU ha empeorado de manera decisiva. Trump no ha provocado un colapso porque la economía estadunidense es notablemente resiliente. Deberíamos estar agradecidos por ello, pero ese éxito se construyó sobre años de dinamismo empresarial y políticas favorables al lado de la oferta. Hoy, todo eso está bajo seria amenaza.

Queda una paradoja terrible: cuanto menos salga mal de inmediato, peores se vuelven las políticas económicas de Trump.

KRC

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@The Financial Times Limited 2025. Todos los derechos reservados . La traducción de este texto es responsabilidad de Notivox Diario.

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