La contienda para liderar el Partido Conservador puede compararse con la serie de televisión de dibujos animados Los autos locos. Se tiene que ver cómo los personajes se las ingenian para hacer que sus motores económicos vayan más rápido. Los candidatos compiten por quitar los frenos, con promesas de recortes de impuestos.
Reducir impuestos es comprensible. La carga fiscal total se dirige a su nivel más alto desde hace 70 años. La inflación proporciona un mayor margen de maniobra fiscal. Eso, junto con un aumento de la eficiencia del sector público de alrededor de 10 mil millones de libras, basta para recortar impuestos de 40 mil millones de libras, afirma el candidato Sajid Javid.
Pero utilizar el margen fiscal en recortes de impuestos es arriesgado. Significa fuertes reducciones de salarios públicos y restringirá las posibilidades de responder a otras demandas, desde el aumento del gasto en defensa hasta la ayuda a los más afectados por el aumento de los precios de la energía.
Los sistemas fiscales ineficientes son un freno al crecimiento, pero los problemas que aquejan a la economía británica no se resolverán con recortes fiscales inmediatos. Sanear las finanzas públicas debe ser una prioridad.