Internacional
  • Viaje de Trump a Reino Unido: entre su admiración por la monarquía y los intereses económicos y políticos

Una protesta espera a Donald Trump en Reino Unido. | AFP

Donald Trump se alojará junto a su esposa Melania en el Castillo de Windsor, donde el gobierno identificó "riesgo muy alto".

Cuando Donald Trump visitó por primera vez el Reino Unido como presidente de Estados Unidos, en junio de 2019, no pudo ocultar haber crecido en el seno de una familia que profesaba una gran admiración por la monarquía, en especial por su entonces majestad, la reina Isabel II de Inglaterra.

Uno de los mas nítidos recuerdos de su infancia fue cuando su madre, Mary Anne MacLeod, nacida en una pequeña ciudad pesquera de Stornoway, en la Isla de Lewis, Escocia, se pegó al televisor en blanco y negro de la sala de su casa para seguir, paso a paso, la coronación de la entonces muy joven nueva reina en 1953.

“Amaba a la realeza, amaba a la reina. Siempre notaba que, cuando se hablaba de la reina, ella la miraba. Era una gran admiradora", le relató Trump décadas después al periodista británico Piers Morgan.

Durante su encuentro con la monarca en Londres, Trump le confesó la admiración de su madre. 

“Se sintió muy honrada… lo entendió desde el principio. La reina es una gran dama y mi madre lo sabía".

Trump, entre honores y rechazos

Pero aquella primera visita a Gran Bretaña como presidente, al igual que la actual que inició este martes, estuvo envuelta en controversia. Hace 6 años, más de un millón de británicos firmaron, infructuosamente, una petición para negarle su primera visita de Estado y miles protestaron en las calles ondeando un enorme globo inflable bautizado como “Trump Baby”. Trump respondió llamando al alcalde de Londres, Sadiq Khan, “un perdedor”.

Para esta segunda visita de Estado, el gobierno birtanico decretó un "nivel de amenaza muy alto" en el Castillo de Windsor, donde Trump y su esposa Melania serán objeto de una recepción de honor el martes por la noche por parte el rey Carlos, incluida una pomposa bienvenida ceremonial, una procesión en carruaje por los terrenos del castillo y un suntuoso banquete de Estado al día siguiente.

Sin embargo, más allá de de los muros de piedra del castillo, miles de manifestantes de la Coalición “Stop Trump” se congregarán en la calle principal de Windsor y encabezarán lo que los organizadores esperan sea una masiva marcha por el centro de Londres al día siguiente, que culminará con una multitudinaria concentración en Parliament Square.

Los organizadores han declarado que “Trump y sus políticas autoritarias no son bienvenidos” y han prometido congregar movimientos por la democracia, la igualdad, el medio ambiente y la causa palestina para mostrar una oposición unificada.

Intereses personales y políticos

La relación entre la familia Trump y el Reino Unido se ha caracterizado por una combinación de lazos y negocios personales, visitas oficiales de alto nivel, vínculos comerciales. Las visitas de Estado se consideran la máxima expresión de hospitalidad diplomática y la decisión de conceder una segunda al presidente Trump es vista como parte de la estrategia del Reino Unido para mantener fuertes conexiones con Washington.

Expertos creen que su relación con el Reino Unido ha estado teñida de pragmatismo y gestos calculados. Durante su primera presidencia, Trump buscó reforzar el vínculo con Londres como contrapeso a la Unión Europea tras el Brexit.

Su afinidad con figuras como Nigel Farage y su respaldo a Boris Johnson fueron entonces leídos como intentos de alinear el populismo estadunidense con el euroescepticismo británico. Sin embargo, sus encuentros con la realeza y los primeros ministros británicos también reflejaron fricciones sobre todo cuando Trump criticó abiertamente a Theresa May por su manejo de la salida de la Unión Europea.

Los Trump suben al Air Force One:

Fuera de la arena política, Trump ha cultivado lazos con el Reino Unido a través de sus intereses inmobiliarios y hoteleros. Sus campos de golf en Escocia —Trump Turnberry y Trump International Golf Links en Aberdeen— fueron motivo de orgullo personal, pero también de controversia.

Críticas por exenciones fiscales, conflictos con comunidades locales y el uso de recursos públicos durante visitas presidenciales alimentaron el debate sobre hasta qué punto se mezclaban negocios privados con agenda política.

Expertos creen que la relación de Trump con el Reino Unido no ha sido la de un aliado clásico, sino la de un socio funcional: apoyo a líderes cercanos ideológicamente, discursos en favor de un tratado comercial que nunca se cerró, y un trasfondo de negocios personales que colorean su visión del país.

Entre carruajes, cenas de gala y honores a Isabel II

El presidente Trump, su esposa Melania y su comitiva llegarán el martes por la noche a bordo del Air Force One. Para tratar de alejarse de las protestas en Londres, se aloja en el castillo de Windsor, en las afueras de la ciudad, donde recibirá una bienvenida ceremonial que incluye un saludo real, una procesión en carruaje por los terrenos de la añeja construcción y un banquete de Estado.

A fin de complacer al presidente mediático, será una ceremonia visiblemente fastuosa de mayor escala que la visita del presidente francés Emmanuel Macron. Para la solemne ocasión serán movilizadas mil 300 tropas reales y 120 caballos.

Aunque el rey Carlos será el anfitrión, entre los dos se han registrado fricciones no sólo en temas medioambientales sino también sobre Canadá, del que también es jefe de Estado.

Así comienza el viaje:

El rey británico ha dejado en claro que apoya un Canadá “fuerte y libre”, en contraste con el anhelo de Trump de convertir a su vecino del norte en el estado número 51 de la Unión Americana.

La agenda inicia el miércoles a las 7:20 a.m. locales con una ceremonia de llegada en el Castillo de Windsor, en la que participaron representantes de la familia real británica y autoridades locales. Posteriormente, a las 8:05 a.m., los jefes de Estado asisten a un almuerzo privado.

A media mañana, a las 10:00 a.m., la pareja presidencial visita la Capilla de San Jorge donde realizan una ofrenda floral en la tumba de la reina Isabel II en un gesto de homenaje y respeto. Más tarde, a las 11:25 a.m., el programa incluirá la asistencia a una presentación musical “Beating Retreat”, tradición militar británica de carácter ceremonial.

Por la tarde, a las 3:30 p.m., participarán en un banquete de Estado, uno de los actos más destacados de la visita. La jornada concluye a las 5:15 p.m. con un programa posterior a la cena. La visita oficial refleja la importancia del vínculo bilateral entre Estados Unidos y el Reino Unido, enmarcada en una agenda de cooperación diplomática y cultural.

Una agenda apretada

El jueves, la jornada comenzará a primeras horas de la mañana en el Castillo de Windsor donde el presidente y la primera dama estadunidenses participaron en los actos de despedida al rey Carlos y la reina Camila.

Tras la ceremonia, el mandatario republicano se trasladará a la residencia oficial de Chequers Estate, donde lo estará esperando el primer ministro británico Keir Starmer.

Ambos líderes sostendrán una reunión bilateral en torno a temas de cooperación internacional, seguridad y comercio. Se espera que suscriban acuerdos por unos 13 mil millones de dólares.

Entre estos destaca un entendimiento para acelerar nuevos proyectos nucleares, así como una alianza tecnológica.

El encuentro no está exento de fricciones en medio de nuevas exigencias de Trump para incrementar la presión económica sobre Moscú. Por su parte, Starmer destituyó la semana pasada al embajador británico en Washington, Peter Mandelson, con motivo de las revelaciones de su amistad con Jeffrey Epstein.

Aunque el laborsta Starmer no comulga con la agenda de Trump, el premier británico ha reconocido explícitamente que ha “cultivado” la relación con Trump toda vez que, en su opinión, es importante para el Reino Unido tener buenas relaciones con líderes extranjeros, incluso con ideologías o estilos políticos discrepantes.

Recientemente los dos firmaron “Acuerdo de Prosperidad Económica" que incluye miles de millones de dólares en un mayor acceso al mercado para las exportaciones estadunidenses a el Reino Unido, especialmente para la carne de res, el etanol y otras exportaciones agrícolas.

Después del encuentro con Starmer, Trump participa en una recepción con líderes empresariales, también acompañado por el primer ministro, en lo que es visto como un gesto que refuerza el vínculo económico entre ambas naciones.

Se tiene programado que Trump y Starmer ofrezcan una rueda de prensa conjunta.

SNGZ

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