Durante una audiencia privada celebrada el 7 de junio en el Palacio Apostólico, el papa León XIV protagonizó un momento emotivo cuando un niño se acercó corriendo para abrazarlo.
El menor, hijo de un miembro del cuerpo de Carabineros de Roma, asistía a la audiencia junto a su madre, en representación de la familia de Giovanni Giordano.
El encuentro, de carácter privado y sobrio, se realizó como gesto de cercanía del Pontífice hacia miembros de las fuerzas del orden y sus familias, en reconocimiento a su labor cotidiana.

Según reportó Vatican News, el niño, vivaz y curioso, había permanecido inquieto durante la espera, corriendo de un lado a otro del salón sin prestar demasiada atención a la ceremonia. Sin embargo, en cuanto el Papa hizo su entrada, protagonizó un momento espontáneo que conmovió a todos los presentes: sin titubeos, corrió hacia el Santo Padre y lo abrazó con entusiasmo.
El Papa, sorprendido pero sonriente, correspondió al gesto con una expresión de ternura.
La Santa Sede recordó el salmo que reza: "Quien no se humille como un niño no entrará en el Reino de los Cielos".
“Sin filtros, sin vacilaciones: solo la pureza del corazón de un niño que reconoce lo verdadero, lo bueno y lo acogedor”, escribió el medio oficial del Vaticano.
Este gesto no solo evidenció su cercanía pastoral, sino también su disposición a recibir con sencillez expresiones de afecto espontáneo.
GPE