El 4 de julio ya no será motivo de fiesta para los habitantes de Kerrville, Texas. La devastación que dejó la creciente del Río Guadalupe, no solo terminó llevándose casas, autos, árboles, sino vidas de cientos de personas y niños.
Pero la tragedia es aún mayor para quienes se encuentran de manera irregular en Estados Unidos, pues el miedo a ser deportados les impide salir de casa y solicitar el apoyo de las autoridades para encontrar a sus seres queridos desaparecidos entre la corriente o debajo de toneladas de lodo.
A casi un mes de la tragedia, Jessica, de origen mexicano y habitante de esta comunidad desde hace 40 años dijo para Notivox que aún no se recupera, y de donde se siguen recuperando cuerpos, asegura que entre las víctimas hay no solo mexicanos sino hispanos de otras partes de Latinoamérica, pues en esta localidad texana existía una gran comunidad latina.
Y son ellos quienes precisamente temen salir a buscar a sus padres, hijos, amigos que desaparecieron tras la tragedia, pues previo al 4 de julio, se habían organizado redadas por parte de Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
“Lo que yo he visto, desde un principio es que nuestra comunidad hispana no nada más mexicanos, porque aquí en Kerrville, hay un gran grupo de ciudadanos hispanos… Entonces qué pasa, antes de tragedia que tuvimos tan fuerte, empezaron hacer redadas nuestra policía de migración, (eso) nos dio miedo”, compartió en entrevista.

De acuerdo con Jessica, al ser una comunidad hispana unida, la ausencia de muchos comenzó a notarse. “Y de pronto me di cuenta que la panadería esta cerrada, que la tienda de productos mexicanos cierra, que los restaurantes mexicanos, están contratando a gente, dices ¡A caray! ¿Qué está pasando?”.
El temor fue aún mayor, debido a la presencia de la patrulla fronteriza y de elementos de ICE, pero no para realizar redadas en medio de la tragedia, sino para sumarse a las labores de rescate y de limpieza en este lugar.
Sin embargo, la comunidad de latinos que se mantienen de forma irregular en el país, teme salir a buscar a los suyos.
“Nosotros hemos ido a buscar a nuestra gente para que no tengan miedo de salir, una de las cosas que asustó a nuestra gente hispana fue la presencia muy fuerte de la policía, sí es válido, pero también los asustó que estuvieran aquí la boder patrol y el ICE, ellos aquí no estuvieron para agarrar ni recoger ni deportar a nadie, estuvieron aquí como apoyo pero sí sembró el miedo, porque ya estaba el precedente de que habían hecho unas redadas”, dijo la también voluntaria.
Para Jessica el dolor de una madre, un padre, de cualquiera es aún mayor al no poder decir nada para pedir ayuda y poder dar el último adiós a sus seres amados.

“Tal vez suena exagerado pero si no puedes ni salir a recibir víveres, ropa, agua, leche, pañales, entonces qué más hay que no se ha descubierto. Aquí hay grupos que nos hemos organizado, estamos juntando constantemente víveres, se le ha pedido a la comunidad que salgan, pedimos que saliera la gente a recibir ayuda”, criticó.
Para ella, pudiera haber más víctimas pues recordó que los hispanos sobre todo, vivían en las conocidas casas móviles muy cercanos a las riberas del río Guadalupe, por lo que aseguró que las cifras que ofrecen las autoridades americanas pudieran ser aún mayor a las reales.
Además, comentó que en el parque de la comunidad, era utilizado como hogar para las personas en situación de calle, los cuales no pueden ser reclamados.
“Tenemos a los homeless, vagabundos, personas en situación de calle, ellos vivían en el parque que se inundó, muy grande, también no se sabe de ellos, pero cómo podemos buscar a alguien que ni sabíamos cuántos había”, dijo.
Para continuar con las labores de limpieza y rescate de cuerpos, Jessica considera necesaria la presencia de los militares, de los navales, de aquellas autoridades que cuentan con los equipos con la más alta tecnología para ubicar aquellos cuerpos que se mantienen sepultados debajo de toneladas de lodo.

“Yo quisiera ver por qué no nos han prestado el equipo de radiografía y de sonar para buscar esos cuerpos, este país tiene la tecnología. Traigan la tecnología que entren las fuerzas armadas con la tecnología y ayúdennos a encontrar estos cuerpos”, fue la petición de la voluntaria en las labores en Kerrville.
Jessica aprovechó también para reconocer la labor de los rescatistas mexicanos quienes, sin dudarlo, se trasladaron a la zona afectada para sumarse.
“Se están sacrificando muchísimo, están haciendo una labor increíble, todos los rescatistas mexicanos, nuestro respeto, aquí se les respeta mucho; han hecho y siguen haciendo cosas increíbles. Hay muchos rescatistas que tienen muy buen equipo, pero es una zona muy grande, (se habla además de 360 kilómetros que abarca el río Guadalupe)”, reconoció.
La comunidad de Comfort, Texas es otra de las zonas devastadas por el desbordamiento del río Guadalupe, en esta área en comparación con la de Kerr, había decenas de hectáreas de cultivos además de establos de ganado, que desafortunadamente ante creciente del agua todo quedo en ruinas, en estos lugares había migrantes trabajando que perdieron la vida al ser arrastrados por el río, sus cuerpos no han sido localizados.
Razón por la que esperan que llegue el apoyo solicitado para continuar con las labores de rescate en esta zona, donde el 4 de julio no se olvidará y en donde los festejos de independencia, terminaron.
SNGZ